Carla y el misterio nocturno



Había una vez una niña llamada Carla que tenía 5 años. Aunque era una niña muy valiente durante el día, por las noches se enfrentaba a un miedo que le resultaba difícil superar: la oscuridad.

Carla vivía en una casa grande y acogedora junto a sus padres. Tenía su propia habitación llena de juguetes y libros, pero cuando llegaba la noche, todo cambiaba.

El sol se escondía detrás de las montañas y el mundo se sumergía en la oscuridad. Carla intentaba dormir con su pequeña lámpara de noche encendida, pero aún así sentía ese escalofrío recorriendo su espalda cada vez que apagaba las luces principales de su habitación.

Le parecía ver sombras extrañas moviéndose por todas partes y escuchaba ruidos misteriosos provenientes del armario. Una noche, mientras cenaban en familia, Carla decidió hablar sobre su miedo a la oscuridad.

Sus padres escucharon atentamente y le dijeron: "Carla, entendemos que te asuste la oscuridad, pero debes saber que es solo tu imaginación jugándote malas pasadas".

Carla frunció el ceño y preguntó: "¿La imaginación? ¿Qué es eso?"Sus padres sonrieron y explicaron: "La imaginación es como tener un poder especial dentro de ti para crear imágenes en tu mente. A veces puede hacer que veas cosas que no están realmente allí". Carla pensó en lo que le habían dicho sus padres durante toda la noche antes de quedarse dormida.

Pero esa misma noche tuvo un sueño extraño y maravilloso. En su sueño, Carla se encontraba en un mundo mágico lleno de colores brillantes y criaturas amigables.

Había un hada que se acercó a ella y le dijo: "Carla, sé que tienes miedo de la oscuridad, pero debes saber que dentro de la oscuridad también hay cosas hermosas". Carla miró al hada con curiosidad y preguntó: "¿Cómo puede haber cosas hermosas en la oscuridad?"El hada sonrió y respondió: "Cierra los ojos por un momento".

Carla obedeció y cuando los abrió nuevamente, vio miles de estrellas brillando en el cielo oscuro. El hada continuó diciendo: "Estas estrellas solo pueden verse en la oscuridad. Son como pequeñas luces que iluminan el cielo nocturno".

Carla quedó maravillada con lo que veía. Desde ese día, empezó a comprender que la oscuridad no era algo malo o aterrador. Era simplemente una parte natural del ciclo día-noche. Decidió enfrentar su miedo poco a poco.

Primero apagaba las luces principales durante unos minutos cada noche mientras estaba acompañada por sus padres. Luego extendió esos minutos hasta poder dormir sin ninguna luz encendida.

Con el tiempo, Carla dejó atrás su miedo a la oscuridad por completo. Aprendió a verla como algo normal y descubrió cómo disfrutar de las pequeñas luces que aparecían durante la noche, como las estrellas o las luciérnagas.

Y así, Carla se convirtió en una niña valiente y segura de sí misma. Aprendió que enfrentar sus miedos le permitía crecer y descubrir cosas nuevas en el mundo que la rodeaba.

Desde entonces, Carla disfrutó de hermosas noches estrelladas y siempre recordó las palabras del hada: "La oscuridad puede ser un regalo si aprendes a ver más allá". Y así fue como Carla dejó atrás su miedo a la oscuridad y vivió muchas aventuras emocionantes bajo el cielo nocturno.

FIN.

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