Desconectando hacia la cima


Julia era una niña muy tecnológica. Pasaba la mayor parte del día pegada a su celular, tablet o computadora.

Se comunicaba con sus amigos a través de redes sociales y no se relacionaba mucho con las personas que la rodeaban. Un día, Julia decidió desconectarse de todo lo virtual y emprender un viaje para reconectarse consigo misma.

Con una mochila llena de ropa y algunos snacks, partió hacia la montaña más alta que había cerca de su casa. Al principio, el camino fue fácil y Julia estaba emocionada por la aventura que tenía por delante. Pero después de varias horas caminando, empezó a sentirse cansada y desanimada.

"¿Por qué me metí en esto?" - se preguntó Julia mientras tomaba un descanso. En ese momento, apareció un anciano que caminaba con dificultad pero parecía feliz. "Hola pequeña" - dijo el anciano sonriendo "¿Estás disfrutando tu viaje?""No sé si estoy disfrutando tanto...

estoy cansada" - respondió Julia con tristeza. El anciano le dio unas palabras sabias:"Los momentos difíciles son los que nos hacen crecer.

Si quieres llegar a la cima de la montaña, tendrás que superar muchos obstáculos en el camino". Julia reflexionó sobre lo que le dijo el anciano y decidió seguir adelante. A medida que subía por la montaña, encontraba nuevos desafíos como puentes colgantes inestables o caminos rocosos peligrosos.

Sin embargo, cada vez que superaba uno de estos obstáculos se sentía más fuerte y segura de sí misma. Finalmente, después de un largo día, llegó a la cima. La vista era impresionante y el sol se estaba poniendo en el horizonte.

Julia sintió una sensación de paz y felicidad que no había experimentado antes. "Gracias por ayudarme a llegar hasta aquí" - dijo Julia al anciano que apareció detrás de ella.

"No fui yo quien te ayudó, fuiste tú misma" - respondió el anciano sonriendo "Solo te di unas palabras sabias para recordarte tu fuerza interior". Julia aprendió una gran lección ese día: que la tecnología es genial pero no puede reemplazar las experiencias reales con personas y la naturaleza.

También aprendió que los desafíos son parte del camino hacia nuestros objetivos y que siempre podemos encontrar la fortaleza dentro de nosotros mismos para superarlos.

Desde ese día en adelante, Julia encontró un equilibrio entre su vida virtual y su vida real. Y cada vez que sentía desconectada consigo misma o con el mundo, recordaba las palabras sabias del anciano y emprendía un nuevo viaje hacia su interior.

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