El alumno que se mojó
En una pequeña escuela de un barrio tranquilo, había un grupo de alumnos muy unidos que siempre se divertían juntos. Entre ellos, estaba Martín, un niño curioso y aventurero que siempre sorprendía a sus amigos con sus ocurrencias.
Un día, mientras jugaban en el patio, comenzó a llover de repente. Todos los chicos corrieron a refugiarse, pero Martín decidió quedarse afuera bajo la lluvia. -¡Martín, estás loco! ¡Te vas a mojar! -gritó uno de sus amigos preocupado.
Pero Martín sonreía y saltaba en los charcos, disfrutando cada gota que caía sobre él. Los demás niños lo miraban sorprendidos, sin entender por qué disfrutaba tanto de la lluvia.
Al día siguiente, cuando Martín llegó a la escuela, todos se burlaban de él por haberse mojado. Martín no les prestó atención y siguió con una sonrisa en su rostro.
Pero algo mágico sucedió: los demás chicos comenzaron a darse cuenta de que en realidad Martín no se mojó, él se había empapado de alegría. A partir de ese día, todos los niños querían jugar bajo la lluvia junto a Martín, contagiándose de su entusiasmo y aprendiendo que a veces las cosas inesperadas pueden traer momentos de felicidad.
Martín se convirtió en un ejemplo para sus compañeros, recordándoles que a veces es bueno dejar de lado el miedo y disfrutar de las sorpresas que nos regala la vida.
Y así, cada vez que llovía, la risa y la diversión inundaban el patio de la escuela, gracias a la valentía y la alegría de un niño que no temía mojarse.
FIN.