El baile de los juguetes en la escuela



En la escuela "Felices Momentos", ubicada en un hermoso barrio de Buenos Aires, vivía un grupo de amigos muy especial. Ellos no eran niños comunes, ¡eran juguetes! Aunque para el resto de los chicos solo eran objetos inanimados, estos juguetes tenían vida propia y pasaban sus días esperando a que los niños terminaran las clases para poder jugar.

Entre los juguetes se encontraba Tito, un simpático muñeco de trapo, Martina, una elegante muñeca de porcelana, Peluche, un tierno osito de peluche, y Carrito, un veloz autito de carreras. A pesar de ser tan diferentes, estos cuatro amigos se llevaban de maravilla y compartían momentos inolvidables.

Un día, mientras los niños estaban en recreo, los juguetes escucharon una melodía muy alegre proveniente del salón de actos. Curiosos, se asomaron y vieron que la maestra de música estaba ensayando para el próximo festival de la escuela. Los juguetes quedaron maravillados al ver cómo los alumnos y alumnas bailaban con mucha alegría y coordinación.

- ¡Wow, qué divertido se ve eso! - exclamó Tito, entusiasmado.

- ¡Sí, me encantaría poder bailar como ellos! - añadió Martina, moviendo ligeramente sus pies de porcelana.

Los juguetes estaban tan emocionados que decidieron hacer algo muy especial. Esa misma noche, cuando la escuela estaba vacía, se reunieron en el salón de actos y, con la ayuda de algunos instrumentos musicales que encontraron, formaron su propia banda. Tito tomó un tambor, Martina agarró una pandereta, Peluche se encargó del xilófono y Carrito hizo vibrar un par de maracas.

Entre risas y melodías, los juguetes ensayaron durante varios días, practicando pasos de baile que veían en clases de los niños, a los que observaban con mucha atención. Finalmente, llegó la noche del festival y los juguetes se escondieron en el escenario, con los corazones latiendo a mil por hora.

Al escuchar su nombre, los amigos salieron al escenario entre aplausos y ovaciones. La sorpresa invadió a todos al ver a los juguetes tan bien preparados, con su propia banda y listos para bailar. Tito sorprendió con sus pasos de cumbia, Martina deslumbró con un elegante vals, Peluche demostró su destreza con saltitos divertidos y Carrito hizo piruetas rápidas al ritmo de la samba.

Los niños y niñas disfrutaron del espectáculo y al finalizar, los ovacionaron con muchísimo entusiasmo. Los juguetes se sintieron enormemente felices y satisfechos por su increíble presentación.

Desde ese día, los juguetes siguieron practicando y bailando cada vez mejor, compartiendo momentos inolvidables en la escuela "Felices Momentos". Descubrieron que, cuando se esfuerzan y trabajan en equipo, pueden lograr grandes cosas, ¡incluso si son solo unos juguetes!

FIN.

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