El Bosque de los Colores



Había una vez, en un hermoso bosque lleno de árboles de todos los colores, un grupo de animales que vivían felices. Había un conejo llamado Rufi, una tortuga llamada Tula y un loro llamado Pipo. Cada uno era especial a su manera, pero a veces olvidaban lo importante que era el respeto entre ellos.

Un día, mientras jugaban cerca del lago, Rufi dijo: "Yo soy el más rápido de todos. ¡Nadie puede alcanzarme!"-

Tula, un poco triste, respondió: "Pero yo soy buena en otras cosas, como ser paciente y saborear la vida. No siempre se trata de ser rápido".-

Pipo, que no quería hacer sentir mal a Tula, intervino: "Claro, Tula. Cada uno tiene sus talentos. Lo bueno de ser amigos es que podemos aprender unos de otros".-

Rufi, sintiéndose un poco incómodo, decidió demostrar su rapidez una vez más. "Bueno, ¿quién quiere una carrera?"-

Tula, aunque no era tan rápida, aceptó porque no quería que Rufi se sintiera mal. "Está bien, acepto el desafío".-

Así que se alinearon en la línea de partida. "¡Uno, dos, tres, ya!"- gritó Pipo, y los dos salieron corriendo. Rufi, como era de esperar, se adelantó rápidamente. Sin embargo, cuando llegó cerca de la meta, escuchó un grito.

"¡Ayuda! ¡Me he quedado atrapada!"- era una pequeña ardilla que había caído en un arbusto espinoso.

Rufi, a pesar de querer ganar, se detuvo y pensó en cómo se sentiría si fuera ella. "Perdí, pero no puedo dejar a la ardilla en problemas"- murmuró para sí mismo.

Tula lo vio detenerse y se sintió orgullosa de él. "¡Rufi, ven! ¡Tenemos que ayudarla!"-

Los dos corrieron hacia la ardilla, y juntos trabajaron para liberarla. Con mucho cuidado y respeto, sacaron las espinas que la atrapaban.

La ardilla, aliviada, les dijo: "¡Gracias, amigos! Sabía que podía contar con ustedes"-

Después de ayudarla, Rufi se dio cuenta de que a veces ser rápido no era lo más importante, y que el respeto y la amistad eran mucho más valiosos.

"Un minuto, Rufi"- dijo Tula. "Lo que hiciste fue muy valiente y respetuoso"-

"Sí,"- agregó Pipo. "Estar ahí para otros es una parte importante de ser amigos"-

Desde ese día, Rufi, Tula y Pipo se prometieron siempre respetar lo que cada uno traía al grupo. Se dieron cuenta de que, aunque cada uno tenía sus habilidades, lo que realmente importaba era cómo se trataban entre ellos.

Y, así, el bosque siguió siendo un lugar lleno de colores y armonía, donde todos los animales se ayudaban y se respetaban mutuamente siguiendo el ejemplo de Rufi, Tula y Pipo.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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