El bosque encantado de Lucía
Había una vez una niña llamada Lucía, a quien le encantaba leer cuentos antes de dormir. Todas las noches, su mamá le contaba historias mágicas que la transportaban a mundos llenos de aventuras y enseñanzas.
Un día, mientras exploraba el desván de su casa en busca de nuevos libros para leer, Lucía encontró un viejo libro polvoriento con páginas amarillentas. Sin pensarlo dos veces, lo sopló para quitarle el polvo y comenzó a leerlo.
El libro hablaba sobre un bosque encantado donde vivían criaturas mágicas y seres fantásticos. Lucía quedó fascinada por cada palabra y decidió que quería visitar ese lugar mágico.
Al instante, se abrió una puerta en el suelo del desván y Lucía cayó en medio del bosque encantado. Aunque al principio estaba asustada, pronto se dio cuenta de que todo era maravilloso y lleno de color. Mientras exploraba el bosque, Lucía se encontró con un hada llamada Florinda.
El hada le dijo: "¡Bienvenida al bosque encantado! Soy Florinda, la guardiana de este lugar mágico". Lucía emocionada respondió: "¡Hola Florinda! Me llamo Lucía y me encanta leer cuentos antes de dormir. ¿Puedes enseñarme más sobre este hermoso lugar?".
Florinda sonrió y llevó a Lucía a conocer a los demás habitantes del bosque: duendes juguetones, unicornios majestuosos e incluso dragones amigables.
Cada uno de ellos tenía una historia que contar y le enseñaron a Lucía valiosas lecciones sobre la amistad, el respeto por la naturaleza y el valor de ser uno mismo. Un día, mientras exploraban juntas, Florinda y Lucía descubrieron un árbol mágico. Este árbol tenía unas semillas especiales que podían hacer realidad cualquier deseo.
Ambas decidieron plantar una semilla cada una y esperar a ver qué ocurriría. Pasaron los días y las semillas comenzaron a crecer rápidamente hasta convertirse en hermosos árboles llenos de flores brillantes.
Pero lo más sorprendente fue que los deseos de Florinda y Lucía se hicieron realidad. Florinda deseó que todos los niños del mundo tuvieran acceso a libros para leer antes de dormir, mientras que Lucía deseó poder compartir sus cuentos con otros niños.
De repente, miles de libros voladores llenaron el bosque encantado. Cada libro tenía una historia diferente escrita por Lucía y estaba destinado a un niño alrededor del mundo.
Lucía se dio cuenta de que su deseo había sido concedido gracias al amor por la lectura y la magia del bosque encantado. Desde ese momento, decidió dedicar su vida a escribir cuentos maravillosos para inspirar e educar a otros niños.
Y así fue como Lucía encontró su propósito en la vida: llevar historias mágicas a todos los rincones del mundo para alimentar la imaginación y el amor por la lectura en los corazones de los niños.
Desde aquel día, cada vez que alguien lee uno de sus cuentos antes de dormir, puede sentir la magia del bosque encantado y la alegría de aprender algo nuevo. Y así, Lucía se convirtió en una escritora famosa y querida por todos los niños.
Pero nunca olvidó su aventura en el bosque encantado y siempre agradeció a Florinda por haberle mostrado el camino hacia sus sueños. Fin.
FIN.