El Caballero Olvidado
Había una vez, en un reino lleno de magia y maravillas, un valiente caballero llamado John. John era conocido por su gran corazón y su inquebrantable lealtad hacia la hermosa princesa Elizabeth. Ambos compartían un fuerte lazo de amistad, aunque se encontraba envuelto en un secreto sentimiento de amor. Un día, mientras el reino celebraba un evento especial, un dragón oscuro apareció en el cielo, cubriendo todo con su sombra. Este dragón no solo era aterrador, sino que también poseía el poder de hacer que todos olvidaran a la persona que más amaban.
Cuando el dragón hizo su ataque, un rayo de luz lo envolvió todo, y en ese instante, Elizabeth miró a su alrededor, viendo jubilosos rostros, pero no podía recordar a John. Se hizo un silencio profundo en el reino y, en un instante, John fue olvidado por todos, incluido su más querido propósito: proteger a la princesa.
Sin ser reconocido, John se mantuvo cerca. Sabía que su deber lo llevaba a permanecer a su lado. Sin embargo, en su corazón guardaba una tristeza indescriptible; extrañaba las sonrisas de la princesa y su risa contagiosa. Un día, mientras la princesa paseaba sola por el jardín, una sombra la siguió. John, alerta, se movió rápidamente para protegerla.
"¡Cuidado, princesa!" - gritó, aunque ella no supo de dónde venía esa voz. Esa exclamación generó una chispita de curiosidad en Elizabeth.
"¿Quién está ahí?" - preguntó la princesa, mirando a su alrededor, un poco asustada.
"Soy solo un amigo que te cuida desde las sombras" - respondió John, decidido a no desanimarse. Y así, de a poco, John comenzó a cuidar de Elizabeth sin ser reconocido.
Cada día, se aseguraba de que el jardín estuviera en perfectas condiciones, dejando flores de colores vibrantes en su camino. Aunque era invisible a sus ojos, John comenzó a hacer pequeños gestos que la hacían sonreír. Elizabeth empezó a sentir una calidez en su corazón sin saber exactamente de dónde provenía.
Viendo la alegría en su rostro, John se sintió inspirado. El amor que sentía por ella creció aún más al ver cómo florecía, aunque el recordarla por su nombre era un acto que había quedado en el olvido. Pero lo que John no sabía era que Elizabeth sentía una extraña conexión con quien la protegía.
Una tarde, mientras caminaban cerca del lago, Elizabeth dijo en voz alta:
"A veces siento que hay alguien cuidándome, como una sombra que siempre está conmigo. Pero no sé quién es."
"Es la magia del amor, princesa. A veces, aunque no veamos a alguien, su amor nos rodea como viento suave" - susurró John, sin que ella supiera que era él.
Con el tiempo, Elizabeth empezó a desafiar su propio destino, haciendo brace de situaciones difíciles, con un nuevo aire de valentía y fuerza invisibles que la impulsaban. John, sintiendo esto, supo que ella se estaba volviendo más fuerte, lo que a su vez lo convirtió en un caballero aún más valiente.
Entonces ocurrió un giro inesperado: una anciana sabia llegó al reino buscando ayuda.
"He venido a advertirles sobre la maldición del dragón; solo aquellos que se amen con todo su ser podrán romper el hechizo" - dijo con voz profunda.
Los corazones de todos quedaron en expectativa.
John comprendió que si quería que Elizabeth lo recordara, debía encontrar la forma de que ambos reconocieran su amor verdadero. Decidido, ideó un plan. Al atardecer, frente al castillo, John se haría visible y se presentaría ante ella. Sin embargo, había un riesgo, el dragón podría regresar.
Cuando el momento llegó, la luna brillaba y John, con una armadura brillante, se hizo presente.
"Princesa Elizabeth, soy John, el caballero que te ha protegido en las sombras. ¡Regresa a mí!" - exclamó con fuerza.
Los ojos de Elizabeth se abrieron de par en par, sintió una conexión profunda y recordada que le hizo poner una mano sobre su corazón.
"John... ¿Eres tú?" - dijo, el recuerdo volviendo a su mente.
"Sí, princesa. Siempre he estado aquí, por ti. Te amo y siempre estaré a tu lado", respondió él.
Con esas palabras, el dragón regresó furioso, pero ya no había miedo entre ellos, solo la fuerza del amor. En un acto mágico de valentía, ellos se unieron de las manos y el dragón fue vencido al instante, liberando así al reino de su maldición.
Toda la gente del reino, sorprendida y maravillada, comenzó a recordar al valiente John y la conexión que compartía con la princesa.
"¡John! ¡Creí que te había olvidado!" - exclamó Elizabeth, con lágrimas de alegría.
"Nunca podrías olvidarme, mi amor. Estoy aquí para siempre" - le contestó John, sonriendo.
Y así, el reino volvió a la normalidad con la alegría del amor y la valentía, gobernado por un nuevo amanecer y un fuerte lazo entre John y Elizabeth, que nunca volvió a romperse. Juntos aprendieron que el amor verdadero siempre encuentra el camino de regreso, incluso en los momentos más oscuros.
Desde entonces, el reino floreció, y la historia del caballero olvidado se convirtió en leyenda, enseñando la importancia de la amistad, la valentía y el amor en todos los rincones del mundo.
FIN.