El Color de la Amistad



Había una vez un reino mágico llamado Luminosia, donde todo era brillante y lleno de colores. En este reino vivían elfos y hadas que adoraban pintar el cielo y la tierra con su magia. Cada vez que se necesitaba un nuevo color, los elfos y hadas se reunían en el Gran Árbol de los Colores, un árbol enorme y sabio que daba luz a todo el bosque.

Un día, un pequeño elfito llamado Tilo se acercó al Gran Árbol, con una enorme pregunta en su mente.

"Gran Árbol, ¿puedes decirme cómo puedo crear el color más hermoso de todos?" - preguntó Tilo, moviendo sus patas de manera ansiosa.

"El color más hermoso no se hace solo con magia, querido Tilo. Se crea con la unión de las corazones. Busca a tus amigos y juntos hallaréis el tono perfecto" - respondió el Gran Árbol con voz profunda.

Tilo se sintió inspirado y decidió invitar a sus amigos: Lira, la dulce hada con alas brillantes, y Brom, el elfo bromista que siempre hacía reír a todos.

Esa tarde, mientras se reunían cerca de una cascada, Tilo compartió su idea.

"Quiero crear el color más hermoso. Pero no sé qué hacer" - dijo Tilo.

"Podríamos probar mezclando nuestros colores favoritos" - sugirió Lira, moviendo sus delicadas alas.

"¡Sí! Pero, ¿qué color deberíamos crear?" - preguntó Brom, mientras hacía malabares con algunas piedras.

Después de discutir, decidieron que el color debía ser el reflejo de su amistad, y cada uno aportó algo especial. Tilo trajo el verde de los campos, Lira trajo el dorado del sol y Brom aportó el azul del cielo. Pero cuando combinaron los colores, nada resultó.

"Esto no es lo que esperaba, no se ve hermoso" - dijo Tilo desilusionado.

"Quizás deberíamos intentar de nuevo y hacer algo diferente" - sugirió Lira.

Con nuevas intenciones, decidieron ir al Bosque Cargado de Color, donde crecía una planta mágica que podía ayudar a los amigos a encontrar el color que buscaban. Sin embargo, en el camino se encontraron con un obstáculo: un gran acantilado.

"No podemos saltar. Deberíamos buscar otra ruta" - murmuró Tilo.

"Pero eso puede llevar mucho tiempo. Tengo una idea" - afirmó Brom. "Si todos nos unimos, podemos construir una escalera con ramas y flores. Juntos seremos más fuertes".

Los tres amigos, con esfuerzo y colaboración, comenzaron a recoger ramas y flores. Trabajaron incansablemente y, cuando se unieron, lograron construir una sólida escalera. Con una gran sonrisa de satisfacción, comenzaron a subir.

Cuando llegaron al Bosque Cargado de Color, se encontraron rodeados de luces brillantes y una hermosa planta que parecía vibrar con energía.

"¡Qué lugar tan mágico!" - exclamó Lira. "Aquí tenemos que encontrar lo que necesitamos".

Mientras buscaban entre los colores vibrantes, notaron que otros elfos y hadas también estaban tratando de crear su propio color, pero sin éxito. En ese momento, Tilo tuvo una idea brillante.

"¿Y si invitamos a todos a unirse? Cuantos más seamos, mejor será el resultado" - sugirió.

Los tres amigos se acercaron a los demás y los invitaron a colaborar. Pronto, todos estaban trayendo sus colores y mezclando ideas.

Al trabajar juntos, los elfos y hadas comenzaron a crear un color espectacular, que nunca antes habían visto: un violeta brillante que parecía reflejar la unión de todos sus corazones.

"¡Lo logramos!" - gritó Tilo emocionado - “¡Este es el color de nuestra amistad!".

Con el nuevo color, regresaron al Gran Árbol de los Colores y lo usaron para pintar el cielo al atardecer. Era tan hermoso que todos los habitantes de Luminosia se reunieron para admirarlo.

"Gracias, amigos" - dijo Tilo con lágrimas de felicidad. "Hoy aprendí que el verdadero color de la amistad solo puede ser creado cuando nos unimos y colaboramos".

Desde entonces, cada vez que los habitantes de Luminosia veían aquel hermoso violeta en el cielo, recordaban el día en que crearon el color de la amistad, y sabían que juntos, eran capaces de lograr cualquier cosa.

Y así, Luminosia siguió siendo un lugar lleno de colores, amor y amistad, y cada nuevo día traía una nueva oportunidad para crear y colaborar, recordando siempre que la unión hace la fuerza.

FIN.

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