El concierto solidario de Marcela y Pablo



Marcela y Pablo eran dos amigos inseparables que compartían una gran pasión por la música. Un día, mientras jugaban en el parque, escucharon a lo lejos que su cantante favorita, Karol G, daría un concierto en la ciudad.

Emocionados, se miraron con entusiasmo y supieron al instante que tenían que estar allí. - ¡Tenemos que ir al concierto de Karol G! -exclamó Marcela con los ojos brillantes de emoción. - ¡Sí! Será increíble.

Pero ¿cómo haremos para conseguir las entradas? -respondió Pablo con preocupación. Decididos a no darse por vencidos, los dos amigos se propusieron juntar todo el dinero necesario para poder asistir al concierto.

Marcela sacó una alcancía de su mochila y la colocaron en un lugar especial de la habitación de Pablo, donde ambos pudieran verla todos los días como recordatorio de su objetivo.

Los días pasaban y Marcela y Pablo buscaban maneras creativas de ganar dinero: lavaban autos en el barrio, vendían limonada casera en la esquina y hasta organizaron un pequeño espectáculo de títeres para sus vecinos. Poco a poco, la alcancía se llenaba con monedas brillantes que representaban su esfuerzo y dedicación.

Sin embargo, cuando estaban a punto de alcanzar la cantidad necesaria para comprar las entradas del concierto, una fuerte tormenta azotó la ciudad y provocó daños en muchos hogares del barrio.

Marcela y Pablo no lo dudaron ni un segundo: tomaron parte del dinero ahorrado y compraron alimentos no perecederos para donar a las familias afectadas por el temporal. - Hay cosas más importantes que nuestro concierto. Necesitamos ayudar a quienes más lo necesitan -dijo Marcela con convicción.

Pablo asintió con orgullo hacia su amiga: sabía que estaban tomando la decisión correcta. Juntos llevaron las donaciones a los vecinos afectados, quienes recibieron su ayuda con lágrimas de gratitud en los ojos.

Días después, mientras ayudaban a reconstruir algunas casas junto a otros voluntarios del barrio, recibieron una sorpresa inesperada: Karol G había organizado un concierto benéfico para recaudar fondos destinados a aquellos damnificados por la tormenta.

- ¡Es nuestra oportunidad! Podremos ver a Karol G y además estaremos ayudando a quienes lo necesitan -exclamó emocionada Marcela. Con una sonrisa radiante en sus rostros, Marcela y Pablo disfrutaron del increíble concierto de Karol G sabiendo que habían hecho algo bueno por los demás.

Aprendieron que siempre hay maneras creativas de ayudar al prójimo y que nunca es tarde para hacerlo. Y así, entre risas y canciones pegajosas, sellaron su amistad aún más fuerte mientras bailaban al ritmo de la música bajo las estrellas.

FIN.

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