El conejito curioso en el bosque



Había una vez en el bosque un pequeño conejito llamado Manu. Era muy curioso y le encantaba explorar todo lo que estaba a su alrededor.

Un día, mientras juntaba flores violetas para regalarle a su mamá, se distrajo tanto que no se dio cuenta de que había perdido el camino de vuelta a casa. Manu comenzó a caminar en círculos sin saber qué hacer.

A medida que pasaban las horas, la noche empezó a caer y la oscuridad cubrió todo el bosque. El conejito estaba muy asustado y comenzó a llorar desconsoladamente. "¿Dónde estoy? ¿Cómo voy a volver con mi mamá?"- preguntaba Manu entre sollozos. De repente, escuchó un ruido detrás de unos arbustos.

Se asustó aún más y se escondió debajo de una hoja gigante para protegerse. Sin embargo, cuando salió de su escondite vio que era su mamá quien venía corriendo hacia él con los brazos abiertos.

"¡Manu! ¡Mi amor! Te estuve buscando por todas partes"- dijo la mamá del conejito mientras lo abrazaba fuertemente. El pequeño Manu lloró aún más pero esta vez eran lágrimas de felicidad al ver que su madre lo había encontrado.

Juntos volvieron a casa mientras ella le contaba historias sobre cómo ella también se perdió cuando era joven y cómo aprendió valiosas lecciones gracias a esa experiencia.

A partir de ese día, Manu aprendió sobre la importancia de prestar atención al camino que recorría y siempre tener un punto de referencia para no perderse. También aprendió que siempre podía confiar en su mamá y que ella estaría allí para él sin importar lo que pasara.

Desde entonces, el conejito Manu se convirtió en un explorador más cuidadoso y siempre llevaba consigo una brújula para asegurarse de nunca perderse otra vez.

Y cada vez que veía flores violetas, se acordaba de aquel día en el bosque cuando su madre lo encontró y le dio todo el amor del mundo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!
1