El Cumpleaños en el Bosque Mágico



Era un hermoso día en el bosque, y los colores brillaban con más intensidad que nunca. El sol iluminaba las copas de los árboles y una suave brisa acompañaba el canto de las aves. Hoy no era un día cualquiera; era el cumpleaños de Flor, la mejor amiga del grupo. ¡Flor un año más divertida y alegre! El yaguareté, conocido por su inteligencia y fuerza, había planificado una fiesta sorpresa para ella.

"¡Shh! No digan nada, ¡ella no tiene idea!" - susurró el yaguareté emocionado, mientras organizaba los globos y colgaba cintas de colores entre las ramas de los árboles.

"¿A qué hora llega?" - preguntó el zorro, moviendo su cola con entusiasmo.

"En cuanto termine de estudiar para la prueba de matemáticas, vendrá a jugar un rato. Así que, ¡manos a la obra!" - dijo el águila mientras volaba alto, asegurándose de que todo estuviera perfecto desde las alturas.

Todos se pusieron manos a la obra. El caballo trajo una gran tanda de pasteles de hierba y fresa, mientras que el zorro se encargo de hacer deliciosas galletitas de nuez.

"¡Esto va a ser increíble! Flor va a quedar encantada" - dijo el caballo.

Cuando al fin escucharon el relincho alegre de Flor acercándose, todos se escondieron detrás de unos arbustos. Flor llegó trotando, sin sospechar nada. De repente, los amigos gritaron:

"¡Sorpresa!"

Flor se quedó boquiabierta, su carita se iluminó.

"¡No puedo creerlo! ¡Todo esto por mí!" - exclamó mientras se sonrojaba de felicidad.

La fiesta comenzó y el bosque se llenó de risas y juegos. Jugaron a las escondidas, corrieron y reían mientras comían pasteles. Pero, de repente, un fuerte estruendo interrumpió la fiesta. Un gran árbol, acerca de donde estaban, comenzó a tambalearse. Todos se miraron preocupados.

"¿Qué fue eso?" - preguntó el yaguareté, tratando de ver a su alrededor.

"Es un pico de madera, ¡se ha caído un tronco!" - dijo el zorro aterrorizado.

El zorro no se atrevía a inspeccionar lo que había ocurrido. El águila, con su visión aguda, voló alto para ver mejor.

"¡Es una familia de ardillas! Se quedaron atrapadas entre las ramas del árbol caído" - gritó el águila desde arriba.

Los amigos sabían que debían ayudar.

"¡Vamos, necesitamos unir fuerzas!" - dijo el caballo con determinación.

"No solo es nuestra fiesta, también debemos ser buenos amigos y ayudar a quienes lo necesitan" - agregó el yaguareté.

Sin dudarlo, formaron un equipo. El zorro y el yaguareté acomodaron las ramas, mientras que el águila volaba alrededor, guiando y motivando a todos. Flor, inspirada por la valentía de sus amigos, también se puso a trabajar.

"¡Todos juntos! ¡Podemos hacerlo!" - gritaba ella.

Él esfuerzo valió la pena; tras un largo rato de trabajo, lograron liberar a las ardillas. Ellas, agradecidas, les dieron un par de nueces como regalo.

"¡Gracias! Ustedes son nuestros héroes" - dijo una de las ardillas emocionada.

Finalmente, después del rescate, volvieron a la fiesta con las ardillas.

"¡Oigan, echen un vistazo! Ahora vamos a celebrar con más amigos" - dijo Flor, despidiendo a los nuevos arribos.

Así fue como el cumpleaños de Flor se transformó en un festejo aún más grande y lleno de alegría. La mera presencia de las ardillas trajo más risas al bosque y todos compartieron sus galletitas y pasteles.

"¡Este ha sido el mejor cumpleaños de todos!" - gritó Flor, rodeada de amigos.

Desde ese día, el grupo de amigos aprendió que la amistad, el trabajo en equipo y ayudar a los demás son los mayores regalos que uno puede tener. Siguiendo la experiencia vivida, decidieron festejar los cumpleaños realizando siempre una buena acción juntos, recordando el increíble día en que no solo celebraron, sino que salvaron a unas nuevas amigas del bosque.

FIN.

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