El dragón morado y la niña solitaria
En un pequeño pueblo rodeado de verdes praderas y altos árboles, vivía una niña llamada Sofía. Sofía era la menor de cuatro hermanas y le encantaba jugar a las muñecas.
Sin embargo, sus tres hermanas mayores no querían jugar con ella y a menudo la trataban mal. Un día, después de intentar sin éxito convencer a sus hermanas para que jugaran con ella, Sofía decidió contarle a su mamá lo que estaba ocurriendo.
Pero su mamá, ocupada con las tareas del hogar, parecía no prestarle atención a los problemas de Sofía. Entonces, sintiéndose triste y desanimada, Sofía decidió salir a caminar por el bosque cercano.
Mientras exploraba entre los árboles y cantaba bajito para sí misma, escuchó un ruido extraño que venía de detrás de unos arbustos. Intrigada, se acercó lentamente y descubrió a un gran dragón morado mirándola fijamente con sus brillantes ojos amarillos.
Al principio, Sofía sintió miedo y dio un paso hacia atrás, pero el dragón solo inclinó la cabeza curioso. "¡Hola! ¿Quién eres tú?", preguntó el dragón con una voz profunda pero amigable. Sofía se sorprendió al darse cuenta de que el dragón podía hablar.
Poco a poco fue perdiendo el miedo y respondió tímidamente: "Soy Sofía. ¿Eres realmente un dragón?"El dragón asintió con entusiasmo: "¡Así es! Soy Drago, el guardián del bosque.
¿Qué te trae por aquí, pequeña humana?"Sofía le contó sobre sus hermanas que no querían jugar con ella y cómo se sentía sola y triste. Drago escuchó atentamente y luego le ofreció una pata gigante para ayudarla a levantarse. "No estés triste, Sofía.
A veces las personas no entienden lo especial que eres. Pero aquí en el bosque siempre serás bienvenida. "Desde ese día en adelante, Sofía visitaba al amigable dragón morado todas las tardes después de la escuela.
Juntos exploraban el bosque, jugaban juegos divertidos e incluso construyeron una casa en lo alto de un árbol para tener su propio lugar secreto.
Con el tiempo, las hermanas de Sofía notaron lo feliz que estaba cuando regresaba del bosque y comenzaron a interesarse en conocer al misterioso amigo de su hermana menor. Cuando finalmente conocieron al bondadoso Drago comprendieron lo valiosa que era la relación entre ellos dos y aprendieron a valorar más a su dulce hermana menor.
Así pues, Sofia encontró en Drago al amigo fiel que siempre había deseado tener; alguien quien la aceptaba tal como era sin juzgarla ni menospreciarla.
Y juntos demostraron que la verdadera amistad puede surgir en los lugares más inesperados e inusualmente maravillosos como un encuentro entre una niña valiente y un imponente pero gentil dragón morado en medio del frondoso bosque lleno magia.
FIN.