El encuentro mágico en el bosque
Había una vez una niña llamada Ana, quien vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. Un día, Ana decidió explorar el bosque por su cuenta, a pesar de las advertencias de sus padres.
Mientras caminaba entre los árboles, Ana se distrajo y pronto se dio cuenta de que se había perdido. Con cada paso que daba, el bosque se volvía más espeso y oscuro. Justo cuando empezaba a sentir miedo, un destello plateado captó su atención.
Para su sorpresa, se encontró cara a cara con un majestuoso unicornio. - ¡Wow, eres un unicornio! -exclamó Ana, asombrada. - Sí, soy un unicornio -respondió él con su voz suave y amable.
El unicornio se presentó como Luminoso, el guardián del bosque. Luminoso le explicó a Ana que había entrado en una parte muy remota del bosque y que estaba lejos de su hogar. Sin embargo, se ofreció a guiarla de vuelta a su pueblo.
A lo largo del camino, Luminoso le enseñó a Ana la importancia de prestar atención a su entorno y de no aventurarse demasiado lejos sin compañía.
También le habló sobre la magia que habita en la naturaleza y cómo los seres humanos deben cuidar y respetar a todas las criaturas. Finalmente, con la ayuda del unicornio, Ana llegó sana y salva a su hogar. Desde ese día, Ana visitaba regularmente el bosque, pero esta vez siempre acompañada por Luminoso.
Juntos, exploraban el bosque, aprendían sobre la naturaleza y compartían momentos mágicos.
La amistad entre Ana y Luminoso se convirtió en un ejemplo para todos en el pueblo, recordándoles la importancia de la amistad, el respeto por la naturaleza y la sabiduría que se puede encontrar en los lugares más inesperados.
FIN.