El Gran Desafío del Dr Careta



En un pequeño pueblo llamado Sonrisas del Río, llegó un nuevo médico, el Dr. Careta. Era un joven médico con muchos sueños y un gran entusiasmo por ayudar a los demás. Sin embargo, había un problema: a pesar de sus conocimientos y habilidades, el Dr. Careta tenía miedo de hablar en público.

El primer día, decidió irse a caminar por el parque de la ciudad, donde los niños jugaban felices.

"¡Hola, Dr. Careta!" - gritó un niño llamado Tomi, que jugaba a la pelota con sus amigos.

"Hola, chicos. ¿Cómo están?" - respondió el médico, sonriendo un poco nervioso.

De repente, el Dr. Careta tropezó con una piedra y cayó al suelo. Los niños se rieron, pero él se levantó rápidamente, tratando de no asustarse.

Al día siguiente, el Dr. Careta recibió una invitación del alcalde del pueblo para dar una charla sobre salud a los niños de la escuela. A pesar de la emoción, su miedo a hablar en público lo paralizaba.

"¿Qué hago?" - se preguntó. "No puedo decir que no, pero... ¿y si la gente se ríe de mí otra vez?"

Mientras tanto, en la escuela, las maestras volvían a planificar la llegada del Dr. Careta.

"Creo que va a ser un gran médico para nuestros chicos. Les enseñará a lavarse las manos y a comer frutas y verduras" - dijo la maestra Clara.

El día de la charla llegó. La escuela estaba llena de risas y emoción. Pero el Dr. Careta se encontraba muy nervioso.

"No puedo hacerlo, tengo que dar un paso atrás" - murmuró él mismo, mientras veía a los niños entrar al aula.

Sin embargo, cerca de él, estaba Tomi.

"Doctor, no tenga miedo. ¡Nosotros queremos aprender!" - le dijo con una gran sonrisa, recordándole su tropezón.

El Dr. Careta respiró profundo.

"Gracias, Tomi. Voy a intentarlo" - respondió el médico, decidido.

Cuando ingresó al aula, vio a todos los niños sonriendo y animados por conocerlo. Al principio, se trabó un poco, pero recordando la sonrisa de Tomi, comenzó a hablar sobre la importancia de cuidarse.

"Hoy les voy a hablar sobre cómo mantenernos sanos y fuertes. Para eso, es fundamental lavarse las manos después de jugar y comer muchas frutas y verduras. ¡Eso nos ayuda a crecer!" - dijo, ganando confianza.

Los niños estaban maravillados.

"¡Doctor, ¿puede mostrarnos cómo lavarnos las manos?" - preguntó una nena.

"¡Por supuesto!" - dijo el Dr. Careta. "Vamos a formar una fila y los enseñaré uno por uno."

Así, el médico mostró a todos cómo lavarse las manos correctamente. Cada niño reía y aplaudía cuando lograba hacer la técnica perfecta. Pronto, el aula se convirtió en un lugar lleno de entusiasmo y risas.

Al final de la charla, el Dr. Careta se sintió orgulloso y feliz. No solo había vencido su miedo, sino que también había logrado transmitir un mensaje importante a los niños.

"¡Eso fue increíble!" - exclamó Tomi. "Gracias a usted, doctor, nos divertimos mucho y aprendimos."

El Dr. Careta sonrió, entendiendo que su mayor desafío no era dar una charla, sino conectar con las personas. Al salir de la escuela, el médico decidió que, aunque había mucho más por hacer, había encontrado su lugar en la ciudad.

"Voy a seguir ayudando a Sonrisas del Río... sin miedo alguna" - se dijo a sí mismo, con una gran sonrisa en la cara.

Desde entonces, el Dr. Careta organizó charlas, juegos y actividades para enseñar a todos los niños sobre la salud y el cuidado. Y cada vez que un niño le agradecía, él recordaba cómo había superado su miedo, convirtiendo aquel desafío en una oportunidad para crecer y compartir su pasión por la medicina.

FIN.

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