El Gran Paseo de Invierno
Era un fresco día de invierno en el barrio de los Niños Aventura, donde los chicos siempre encontraban la manera de jugar y divertirse. Todos los años, cuando la nieve cubría el suelo como un gran manto blanco, se organizaba el Gran Paseo de Invierno. Este año, los niños estaban muy emocionados porque, además de los juegos de nieve y los muñecos de nieve, había algo nuevo: la llegada de un reno rescatado que se llamaba Brillo.
El líder del grupo, Tomi, les dijo a sus amigos: "Hoy vamos a hacer algo increíble. Con Brillo, vamos a recorrer el parque y luego ayudar a los habitantes del barrio. ¿Están listos?" -Todos gritaron enérgicamente: "¡Sí!"
Comenzaron el recorrido, y a medida que avanzaban, se dieron cuenta de que Brillo podía tirar de un trineo lleno de regalos.
"¡Miren!" -exclamó Sol "¡Podemos llevar alegría a los chicos que no tienen juguetes este invierno!"
-Rita, entusiasmada, dijo: "¡Sí! Vamos a repartir regalos, eso haría muy feliz a mucha gente."
Sin perder tiempo, los niños comenzaron a preparar paquetes con juguetes que habían coleccionado durante el año. En ese momento, una gran nube oscura cubrió el cielo y comenzó a nevar más intensamente.
"No podemos dejar que esto nos detenga. ¡Brillo, a trabajar!" -gritó Tomi con determinación.
Mientras avanzaban, la nieve comenzaba a dificultar la visibilidad. De pronto, Brillo se detuvo y empezó a dar señales de que algo no estaba bien.
"¿Qué pasa, Brillo?" -preguntó Sol, mientras acariciaba su suave pelaje.
Brillo movió su cabeza hacia un arbusto cercano.
"¿Qué habrá ahí?" -dijo Rita entre susurros.
Los niños, intrigados, se acercaron y, para su sorpresa, encontraron a un pequeño con un perro temblando de frío.
"¡Ayuda!" -gritó el niño, "mi perro se escapó y no sé qué hacer. ¡Está helado!"
Sin pensarlo dos veces, Tomi dijo: "¡Lo llevaremos con nosotros!" -y comenzaron a buscar una manta entre los regalos.
Al encontrarla, cubrieron al perro y lo cuidaron.
"¿Cómo te llamas?" -preguntó Sol al niño.
"Me llamo Lucas" -respondió tímidamente.
Rita se acercó y dijo: "No te preocupes, Lucas. ¡Nosotros vamos a ayudarte!"
"¿Y pueden llevarme a casa?" -era la única pregunta que Lucas tenía.
"¡Claro que sí! Brillo es fuerte y el trineo puede llevarnos a todos. Además, tenemos que repartir los regalos!" -exclamó Tomi.
Con gran entusiasmo, la pandilla ayudó a Lucas y su perro a subirse al trineo y continuaron su paseo.
"¡Miren!" -dijo Sol, señalando al barrio "Aquella casa tiene una luz encendida, podríamos empezar por ahí!"
Cuando llegaron a la casa, tocaron la puerta y salió un papá con una niña.
"¡Hola!" -dijo el papá sorprendido, "¿Qué traen?"
"Regalos y alegría para todos!" -gritó Tomi emocionado. "Hoy decidimos repartir un poco de felicidad. ¡Feliz invierno!"
Cada vez que hacían una entrega, contaban historias graciosas sobre su paseo, provocando sonrisas y risas entre todos.
"¿Por qué no hacemos una gran fiesta?" -propuso Rita, a lo que todos asintieron con entusiasmo.
Finalmente, después de visitar diferentes casas y regalar alegría, el grupo volvió al parque, donde los papás se preparaban para una gran fogata. Al avistar el fuego, Brillo se sintió aliviado y se acomodó cerca de los niños mientras compartían las historias del día.
"Gracias por ayudarnos" -dijo Lucas, abrazando a su perro. "Me hicieron sentir parte de algo especial."
"Y lo serás siempre" -respondió Sol con una sonrisa. "Hoy aprendimos que ayudar a otros también nos llena el corazón de alegría."
Así, entre risas y abrazos, el Gran Paseo de Invierno terminó no solo con nuevas amistades, sino también con un sentimiento renovado de comunidad y generosidad entre todos los vecinos, listos para disfrutar de más aventuras juntos en el futuro.
FIN.