El guardián del tesoro real


Había una vez un pequeño ratón llamado Enrique que vivía en la abadía de San Carlos. Era un ratoncito muy curioso y aventurero, siempre estaba buscando nuevas experiencias y emociones.

Un día, mientras paseaba por los pasillos de la abadía, escuchó un gran revuelo en el patio central. Se acercó sigilosamente para ver qué sucedía y se encontró con que estaban preparando la coronación del nuevo rey, Carlos.

Enrique estaba fascinado por todo lo que veía: las banderas colgadas por todas partes, los músicos ensayando sus melodías y los caballeros montados en sus caballos esperando a que comenzara el desfile. De repente, uno de los caballos relinchó fuertemente y todos se sobresaltaron.

La corona del rey cayó al suelo y rodó hasta donde estaba Enrique. Él no podía creer lo que acababa de pasar: ¡la corona del rey había caído justo frente a él!"¿Qué hago ahora?", pensó Enrique.

Sabía que debía hacer algo importante para ayudar a solucionar este problema. Entonces decidió tomar la corona con sus patitas y llevarla hasta donde estaban el rey y sus consejeros reunidos para decidir qué hacer.

"¡Alto! ¡Espere!", gritó Enrique mientras corría hacia ellos sosteniendo la corona sobre su cabeza. Todos quedaron sorprendidos al ver al pequeño ratón llevando la corona del rey.

Pero luego entendieron lo valiente e inteligente que era Enrique al haber encontrado una solución tan rápida e ingeniosa al problema. El rey Carlos se acercó a Enrique y le agradeció por su ayuda. Y en lugar de castigarlo por haber tocado la corona real, lo nombró como el nuevo guardián del tesoro real.

Desde ese día, Enrique se convirtió en un héroe en la abadía de San Carlos. Todos lo admiraban y respetaban por su valentía y astucia.

Y él aprendió que incluso los más pequeños pueden hacer grandes cosas si tienen suficiente determinación y coraje para hacerlo. Y así fue como Enrique en abadía en la coronación de Carlos demostró que no importa cuán pequeño seas, siempre puedes hacer una gran diferencia si te esfuerzas al máximo y crees en ti mismo.

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