El héroe de la selva


Había una vez en la selva un león llamado Leopoldo, conocido por su gran melena y su voz melodiosa.

A diferencia de los demás leones, Leopoldo no era feroz ni intimidante, sino amable y gentil con todos los animales del bosque. Un día, mientras paseaba por la selva, escuchó el llanto de un pequeño mono que estaba atrapado en lo alto de un árbol.

Sin dudarlo, Leopoldo se acercó y con cuidado lo ayudó a bajar sano y salvo. El mono, agradecido, le dijo: "-¡Muchas gracias, Leopoldo! Eres el león más bondadoso de toda la selva. "Leopoldo sonrió y respondió: "-No hay de qué, amigo. En esta vida es importante ayudarnos unos a otros.

" Desde ese día, todos los animales empezaron a acudir a Leopoldo en busca de ayuda o consejo. Una tarde calurosa, llegó al claro del bosque una jirafa llamada Gertrudis muy afligida.

"-¡Leopoldo! ¡Necesito tu ayuda! Mi cuello es tan largo que no puedo beber agua del río sin lastimarme", exclamó entre sollozos. El amable león pensó por un momento y luego tuvo una brillante idea.

Con ramas y hojas construyeron juntos una larga caña que permitía a Gertrudis llegar al agua sin dificultad. La jirafa quedó maravillada por la astucia de Leopoldo y ambos se convirtieron en grandes amigos desde entonces. Sin embargo, no todo era paz en la selva.

Un grupo de hienas malvadas había estado causando problemas a los demás animales robándoles comida y asustándolos con sus risas siniestras. Un día decidieron atacar el claro donde vivían Leopoldo y sus amigos.

Ante esta situación peligrosa, Leopoldo recordó las palabras de su abuelo: "La valentía radica en defender aquello en lo que creemos". Entonces reunió a todos los animales del bosque para idear un plan para ahuyentar a las hienas.

Con ingenio y trabajo en equipo lograron engañar a las hienas haciéndoles creer que un temible tigre había llegado a la selva para protegerlos. Las hienas asustadas huyeron despavoridas jurando nunca más molestar al resto de los animales.

Desde ese día, Leopoldo se convirtió en el héroe de la selva y sus enseñanzas sobre la importancia de la amistad, el respeto mutuo y la solidaridad fueron recordadas por siempre entre los habitantes del bosque.

Y así fue como el león amable y cantor demostró que no hace falta ser feroz para ser valiente; basta con tener un corazón noble dispuesto siempre a tender una pata amiga hacia aquellos que lo necesitan.

Dirección del Cuentito copiada!