El increíble viaje en globo por el mundo de los sueños
Había una vez en un colorido pueblo llamado DulceSueño, un niño llamado Tomás que soñaba con viajar por el mundo en un globo mágico. Un hermoso día, mientras deambulaba por el bosque, encontró un misterioso globo multicolor.
Al acercarse, el globo cobró vida y le habló con una voz suave y amigable. "¡Hola, Tomás! Soy el globo mágico de los sueños. ¿Quieres hacer un viaje conmigo por el mundo de los sueños?", dijo el globo.
Tomás, emocionado, asintió con entusiasmo y subió a bordo. El globo se elevó suavemente y comenzaron su viaje. "¿A dónde iremos primero?", preguntó Tomás. "Vamos a visitar la Ciudad de las Nubes, donde los sueños toman forma y bailan en el cielo", respondió el globo.
Mientras volaban, Tomás vio nubes en forma de animales, castillos y juguetes, y se maravilló ante tanta belleza. De repente, una ráfaga de viento los llevó hacia el Castillo del Conocimiento, donde encontraron libros flotando en el aire.
"Aquí, cada libro contiene una aventura increíble. Escoge uno y sumérgete en su historia", le sugirió el globo. Tomás eligió un libro sobre la historia de la naturaleza y quedó fascinado al descubrir cómo crecen las plantas y nacen los animales.
Después de explorar el Castillo del Conocimiento, el globo los llevó al Bosque de las Emociones, un lugar mágico donde los árboles brillaban con colores brillantes y emitían hermosas melodías. "Cada árbol representa una emoción.
Toca uno y sentirás lo que transmiten", explicó el globo. Al acercarse a un árbol azul, Tomás sintió una profunda paz, mientras que al tocar un árbol amarillo, una alegría abrumadora lo invadió.
Finalmente, el globo los llevó al Lago de los Deseos, donde reflejos de estrellas bailaban sobre el agua. "Es hora de hacer un deseo, Tomás. Cierra los ojos y piensa en algo hermoso", indicó el globo.
Tomás cerró los ojos y pidió que todos los niños del mundo tuvieran la oportunidad de experimentar un viaje tan maravilloso como el suyo. Al abrir los ojos, se encontró en su cama, con el sol brillando a través de la ventana.
Aunque pensó que todo había sido un sueño, descubrió un libro en su mesita de noche que no estaba allí antes. Al abrirlo, encontró un mensaje que decía: "Los sueños pueden convertirse en realidad si crees en ellos".
Desde ese día, Tomás nunca dejó de creer en la magia de los sueños y esperaba con ansias cada noche para que el globo mágico lo llevara a más aventuras en el mundo de los sueños.
FIN.