El legado de las palabras



En un pequeño pueblo de Argentina, vivía una niña llamada Sofía que adoraba leer y escribir. Todos los años, en el colegio celebraban con entusiasmo el Día del Idioma, y este año no iba a ser la excepción.

Sofía estaba emocionada por participar en las actividades que habían preparado para ese día tan especial. Habría concursos de ortografía, lectura de cuentos y hasta un taller de poesía.

Pero lo que más le emocionaba a Sofía era la visita del famoso escritor Martín Pérez, quien daría una charla sobre la importancia de cuidar nuestro idioma y fomentar la lectura. El día llegó y el colegio estaba decorado con globos y banderines.

Sofía llegó temprano, lista para disfrutar de todas las actividades. La charla de Martín Pérez fue increíble, habló sobre su amor por las palabras y cómo cada persona tiene el poder de crear historias maravillosas con tan solo un lápiz y papel.

Al terminar la charla, Martín Pérez se acercó a Sofía y le regaló un libro autografiado. Ella no podía creerlo, ¡era su escritor favorito! Martín le dijo: "Nunca dejes de escribir, querida Sofía.

Tienes un talento especial que debe ser compartido con el mundo". Sofía sonreía emocionada mientras abrazaba su libro nuevo. Esa noche, se sentó en su escritorio y comenzó a escribir su propia historia inspirada en las palabras sabias de Martín Pérez.

Los días pasaron y Sofía siguió escribiendo con pasión y dedicación. Hasta que un día decidió enviar uno de sus cuentos a un concurso literario para jóvenes escritores.

Para su sorpresa, ¡ganó el primer premio! Martín Pérez fue invitado a la ceremonia de premiación y al ver a Sofía recibir su premio con orgullo, supo que había hecho algo importante al inspirar a esa joven escritora.

Desde entonces, cada vez que se celebraba el Día del Idioma en el colegio, Sofía recordaba aquella experiencia que cambió su vida para siempre. Y así continuaba escribiendo historias maravillosas que tocaban los corazones de quienes tenían la dicha de leerlas.

Y colorín colorado, este cuento del Día del Idioma ha terminado pero la magia de las palabras sigue viva en cada rincón donde alguien decide abrir un libro o tomar un lápiz para dejar volar su imaginación.

FIN.

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