El lobo amistoso



En la sala de los Astronautim, nenes y nenas de 5 años estaban muy emocionados porque se iban de campamento. Todos estaban listos con sus mochilas, linternas y carpas. En el camino cantaban canciones y jugaban a las adivinanzas.

Finalmente, llegaron a un hermoso bosque rodeado de altos árboles y flores de todos los colores. Después de armar las carpas, los niños y niñas se sentaron alrededor del fogón para asar malvaviscos y contar cuentos.

De repente, escucharon un ruido extraño. Salieron corriendo y vieron a un lobo que los perseguía. Asustados, se subieron a un árbol para protegerse. -¡Tengo miedo! -dijo Valentina. -Tranquila, estamos juntos, encontraremos una solución -dijo Tomás tratando de tranquilizar a sus amigos.

El lobo se acercó lentamente y les dijo: -¡Esperen! No quiero hacerles daño. ¡Por favor, ayúdenme! Me he clavado una espina en la pata y no puedo sacarla. Los niños, sorprendidos, bajaron del árbol y se acercaron al lobo.

Con mucho cuidado, le quitaron la espina y curaron su herida con un pañuelo que tenían en la mochila. El lobo, agradecido, les aseguró que no tenía intención de lastimarlos, solo estaba buscando ayuda.

Desde ese día, el lobo se convirtió en su amigo y los acompañó en todas sus aventuras por el bosque, protegiéndolos y enseñándoles la importancia de ayudarse mutuamente y no juzgar a los demás por su apariencia. Los niños aprendieron que la amistad puede surgir en los lugares más inesperados.

Al regresar a la sala de los Astronautim, compartieron su historia con sus compañeros, enseñándoles que la amistad y la solidaridad pueden transformar nuestras vidas.

FIN.

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