El misterio de la biblioteca escondida


Había una vez en una casa muy grande, vivían tres niños traviesos junto a su mamá y su perro llamado Rufus.

Los niños siempre estaban buscando aventuras y travesuras para hacer, ya que se aburrían fácilmente dentro de la casa. Un día, mientras la mamá estaba ocupada cocinando en la cocina, los niños decidieron subir al segundo piso donde tenían prohibido ir.

Subieron sigilosamente las escaleras para no ser descubiertos por su mamá ni por Rufus, quien siempre los delataba con sus ladridos. Al llegar al segundo piso, los niños encontraron una puerta misteriosa que nunca habían visto antes. Con curiosidad, giraron el picaporte y se adentraron en una habitación llena de libros antiguos y polvorientos.

"¡Miren todo esto! ¡Es como un tesoro escondido!" exclamó emocionado el mayor de los hermanos. "Parece que esta habitación ha estado cerrada por mucho tiempo", dijo la hermana mediana mientras hojeaba un libro antiguo.

"¡Vamos a explorar más!" gritó el menor de los hermanos, ansioso por descubrir lo que más había en esa misteriosa habitación. Los niños pasaron horas explorando la habitación secreta, leyendo cuentos fantásticos y aprendiendo sobre lugares lejanos.

De repente, escucharon unos pasos acercándose a la puerta. Era su mamá buscándolos preocupada. "¡¿Qué están haciendo aquí arriba? ! Les dije que no debían subir al segundo piso", regañó la mamá con voz seria.

Los niños explicaron emocionados todo lo que habían encontrado en la habitación secreta y cómo habían pasado el día aprendiendo cosas nuevas. La mamá no pudo evitar sonreír al ver la emoción e interés de sus hijos por descubrir algo nuevo.

"Bueno, parece que han encontrado un lugar especial aquí arriba. Pero recuerden siempre obedecer las reglas y pedir permiso antes de explorar lugares desconocidos", les recordó la mamá con cariño.

Desde ese día, los niños siguieron explorando juntos nuevos rincones de su hogar con el permiso de su mamá, quien disfrutaba viendo cómo sus hijos crecían curiosos e interesados en aprender cada día más. Y así, entre risas y juegos junto a Rufus, esta familia vivió muchas aventuras inolvidables dentro y fuera de aquella casa tan especial.

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