El Misterio de las Hojas Perdidas
Era un hermoso día de otoño en el bosque de Arbolandia. La ardilla Lila saltaba de rama en rama, disfrutando de la frescura del aire y de la calidez del sol. Pero algo extraño estaba ocurriendo. Observaba que las hojas de los árboles comenzaban a caer, y con cada una que aterrizaba en el suelo, Lila se preguntaba:
"¿Por qué se caen las hojas de los árboles?"
Un día, mientras jugueteaba con su amigo el pájaro Pablo, decidió preguntarle:
"Oye, Pablo, ¿vos sabés por qué las hojas se caen?"
Pablo, que siempre estaba lleno de curiosidades, respondió:
"No estoy seguro, Lila. Tal vez deberíamos preguntarle a la sabia tortuga Tula. Ella probablemente tenga la respuesta".
Decidida a resolver el misterio, Lila y Pablo se dirigieron hacia la casa de Tula, que se encontraba en un rincón del bosque, cerca de un tranquilo estanque. Al llegar, Tula los miró con una sonrisa amable.
"Hola, chicos. ¿A qué vienen?"
Lila, con ojos curiosos, exclamó:
"Tula, queremos saber por qué las hojas se caen de los árboles en otoño. Es un misterio para nosotros".
Tula, con movimientos lentos y precisos, comenzó a explicar:
"Ah, eso es parte del ciclo de la naturaleza. Cuando llega el otoño, los árboles se preparan para el invierno. Las hojas, que en verano son verdes y llenas de vida, empiezan a cambiar de color y finalmente se caen para protegerse del frío".
Pablo, intrigado, preguntó:
"Pero, ¿no les duele?"
Tula sonrió y respondió:
"No, Pablo. Es algo natural. Los árboles 'duermen' en invierno, y al deshacerse de sus hojas, conservan energía para renacer en la primavera".
Lila se sintió un poco triste al saber que las hojas se iban, pero Tula le dijo:
"No te preocupes, Lila. Cada caída de hoja es una señal de un nuevo comienzo. Las hojas se convierten en abono y nutrición para el suelo. Así que, en cierto modo, siguen viviendo de otra manera".
Más animada, Lila decidió hacer algo. Invitó a todos sus amigos del bosque a un gran festival para celebrar la llegada del otoño. Se pusieron a trabajar y comenzaron a recolectar hojas de diferentes colores. Al final, transformaron el claro del bosque en un lugar brillante y multicolor. Todos estaban felices.
"¡Esto es como un arcoíris!" gritó Pablo emocionado.
"Sí, ¡es hermoso!" añadió la ardilla, mientras colgaban las hojas en las ramas como ornamentos.
El festival fue un éxito. Rieron y bailaron mientras las hojas caían suavemente alrededor de ellos. En medio de la celebración, Lila se dio cuenta de que no era una despedida, sino una transición.
"¿Ves, amigo? ¡Las hojas vienen y van!" dijo Lila a Pablo.
"Sí, Lila, y en cada otoño, la naturaleza nos regala este hermoso espectáculo".
Al final de la celebración, Lila miró hacia arriba, observando los árboles desnudándose de sus hojas, y sonrió.
"Cada hoja que cae es la promesa de un nuevo brote en primavera".
Con eso en mente, Lila se sintió llena de gratitud y apreció más que nunca la belleza del ciclo de la vida en el bosque. Y así, durante cada otoño que vino, Lila no solo celebraba la caída de las hojas, sino también el renacer de la naturaleza que seguía a la estación fría.
Tula tenía razón; el ciclo de la vida es un misterio que siempre vale la pena explorar, lleno de belleza y nuevos comienzos.
FIN.