El Mundo Maravilloso de Juan
Juan era un niño alegre y curioso que vivía en una casa gris y triste. Desde que Juan era muy pequeño, sus padres tenían constantes peleas y discusiones que llenaban su hogar de tristeza y preocupación.
Un día, después de una gran pelea, sus padres decidieron separarse. Juan no entendía por qué tenían que separarse, y sentía que el mundo se desmoronaba a su alrededor.
La casa, que solía ser un lugar lleno de amor y risas, se convirtió en un espacio gris y angustiante. Pero un día, mientras jugaba en su habitación, Juan descubrió un viejo libro de cuentos que su abuela le había regalado.
Este libro, aparentemente común, se convirtió en la puerta a un mundo mágico y maravilloso. Juan se durmió con el libro entre sus brazos y, esa noche, tuvo un sueño extraordinario. En su sueño, Juan se encontraba en un campo lleno de flores de colores vibrantes y árboles frondosos.
Los pájaros cantaban alegremente y mariposas revoloteaban a su alrededor. Al caminar, Juan se encontró con un hada madrina que le dijo: 'Juan, bienvenido al Mundo Maravilloso. Aquí, tus problemas se convierten en oportunidades para crecer y aprender'.
Con la ayuda del hada madrina, Juan inició un asombroso viaje por el Mundo Maravilloso, donde conoció a criaturas mágicas que le enseñaron valiosas lecciones.
Con el Conejo Sabio aprendió sobre la importancia de la paciencia, con la Tortuga Risueña entendió que el valor de la amistad supera cualquier dificultad, y con el León Cantor descubrió que la música tiene el poder de sanar el alma.
A medida que Juan recorría este mundo lleno de colores y alegría, empezó a comprender que los problemas de los adultos, como los de sus padres, podían afectar a los más pequeños, pero también entendió que, con amor y comprensión, se podían superar.
Al despertar, Juan se dio cuenta de que su viaje no había sido solo un sueño, sino una lección de vida. Decidió compartir todo lo que había aprendido con sus padres, y juntos, encontraron la forma de superar sus problemas y llenar su casa de colores y alegría una vez más.
A partir de ese día, Juan supo que, aunque a veces la vida pueda ser gris y triste, siempre hay un Mundo Maravilloso esperando ser descubierto.
FIN.