El oso bailarín


Había una vez en una montaña, una pequeña casa de madera donde vivía una familia muy feliz. La casa estaba rodeada de árboles y animales que hacían del lugar un paraíso natural.

Un día, mientras la familia preparaba su comida, escucharon un extraño ruido afuera. Al asomarse por la ventana, se dieron cuenta de que había un oso caminando cerca de su hogar.

Todos se asustaron mucho y comenzaron a cerrar todas las puertas y ventanas para evitar que el peligroso animal entrara. Sin embargo, el oso no parecía querer hacerles daño. De hecho, tenía una sonrisa en su rostro y movía sus patas al ritmo de la música que venía desde adentro de la casa.

Los niños quedaron sorprendidos al ver al enorme animal bailando con tanta alegría. "¡Mamá! ¡Papá! ¡El oso está bailando!"- gritó uno de los niños.

La familia decidió abrirle la puerta para ver qué era lo que quería el oso. Pero cuando este entró a la casa, comenzó a destrozar todo lo que encontraba a su paso: muebles, vajilla e incluso juguetes. "¡Detente! ¿Por qué estás haciendo esto?"- preguntó el padre con tristeza en su voz.

El oso respondió:"Perdónenme amigos humanos. No sé cómo comportarme dentro de las casas porque nunca antes he estado dentro. "La familia entendió entonces que el oso no sabía cómo actuar ya que nunca había convivido con personas antes.

Así decidieron enseñarle todo lo que necesitaba saber para ser un buen invitado en su hogar. Le enseñaron a no romper cosas, a pedir permiso antes de tomar algo y a tener buenos modales en la mesa.

El oso aprendió muy rápido y se convirtió en un gran amigo de la familia. Juntos compartieron momentos divertidos, exploraron la montaña y disfrutaron de la naturaleza que los rodeaba.

El oso aprendió a valorar las cosas importantes en la vida como la amistad, el respeto y el amor. La casa en montaña nunca volvió a ser igual después de aquel día.

La alegría del oso había contagiado a todos los que vivían allí y habían descubierto una nueva forma de ver al mundo. Desde entonces, cada vez que alguien visitaba su hogar, siempre recordaban al oso con cariño y lo extrañaban mucho.

Pero sabían que él estaba bien porque había encontrado su lugar especial en medio de la montaña donde era feliz siendo él mismo. Y así fue como una casa en montaña y un oso alegre cambiaron sus vidas para siempre gracias al poder transformador del amor y la amistad verdadera.

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