El parque de los dones mágicos



En una hermosa mañana de primavera, Belén se despertó emocionada porque iba a salir de paseo con su familia y su mascota Lila, quien en realidad era un delantal mágico que cobraba vida cuando nadie la veía.

Belén corría por toda la casa buscando a Lila para ponerla en su mochila junto a sus cosas. Cuando finalmente la encontró, Lila estaba dando vueltas alrededor de la mesa del comedor como si estuviera bailando.

"¡Lila, es hora de irnos de paseo! Vamos a comer algo rápido antes de salir", dijo Belén mientras agarraba el delantal y lo metía en su mochila.

El papá y la mamá de Belén ya estaban esperando afuera con el auto listo para partir hacia el parque. Una vez que todos estuvieron dentro del carro, emprendieron el viaje. "¡Qué lindo día hace hoy! ¿Estás lista para divertirte en el parque, Belén?", preguntó la mamá emocionada.

"¡Sí! ¡Y estoy segura de que Lila también va a disfrutarlo mucho!", respondió Belén con una sonrisa. Al llegar al parque, todos bajaron del auto y se dispusieron a buscar un lugar para sentarse y disfrutar de un picnic.

Mientras tanto, Lila salió sigilosamente de la mochila y comenzó a explorar el lugar corriendo entre los árboles y persiguiendo mariposas imaginarias. Después de comer sandwiches y frutas frescas, Belén decidió llevar a Lila al área de juegos para que pudiera jugar un rato.

El columpio era su juego favorito, así que Belén le ayudó a subirse mientras sus padres miraban orgullosos desde una banca cercana.

Lila se balanceaba felizmente en el columpio cuando vio a otro niño triste porque había perdido su pelota en lo alto de un árbol. Sin dudarlo ni un segundo, Lila saltó del columpio y usando sus habilidades mágicas logró hacer bajar la pelota sin problemas.

El niño quedó sorprendido y muy contento por haber recuperado su juguete gracias a la ayuda inesperada de Lila. Todos los presentes aplaudieron emocionados ante semejante demostración de solidaridad. Al finalizar el día, Belén abrazó cariñosamente a Lila antes de regresar a casa junto con su familia.

Habían vivido una jornada llena de aventuras increíbles e inolvidables gracias al poder mágico que tenía ese particular delantal convertido en mascota.

Y así termina esta historia donde aprendimos que siempre podemos hacer felices a los demás si estamos dispuestos a tenderles una mano amiga cuando más lo necesitan. ¡Hasta pronto!

FIN.

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