El Parque de Newton


Había una vez un perro muy especial llamado Newton. Era un golden retriever de pelaje dorado y ojos brillantes que siempre estaba en el parque jugando con los niños.

Un día, mientras corría detrás de una pelota, Newton se tropezó y cayó al suelo. Los niños se preocuparon por él y lo rodearon para ver si estaba bien. "¿Estás bien, Newton?" preguntó Sofía, la niña más pequeña del grupo.

Newton trató de levantarse pero no pudo mover su pata trasera derecha. Los niños empezaron a preocuparse aún más. "¡Tenemos que llevarlo al veterinario!" exclamó Tomás, el niño más grande del grupo.

Así fue como todos los niños ayudaron a Newton a llegar hasta la clínica veterinaria. El doctor revisó a Newton y les dijo que tenía una fractura en su pata trasera derecha. Le pusieron un yeso y le dijeron que necesitaría descansar por unas semanas para recuperarse.

Los niños no querían dejar solos a Newton así que decidieron turnarse para cuidarlo durante todo el tiempo que estuviera recuperándose. Cada día iban después de la escuela a visitarlo y jugar con él en el patio de la casa donde vivía.

Pero algo extraño comenzó a pasar con Newton: se volvió triste e inquieto. No quería jugar ni salir al jardín como antes lo hacía. Los niños intentaban animarlo pero nada parecía funcionar.

"No sé qué le pasa", dijo Sofía mientras acariciaba la cabeza de Newton. "Tal vez extraña mucho el parque", sugirió Tomás. "O quizá está aburrido", agregó Martina, la niña más creativa del grupo.

Fue entonces cuando se les ocurrió una idea: ¿por qué no llevar el parque a Newton? Así fue como los niños comenzaron a construir un pequeño parque en el jardín de la casa donde vivía Newton. Pusieron columpios, toboganes y hasta una piscina inflable para que pudiera refrescarse en los días calurosos.

Y así fue como Newton volvió a ser feliz. Jugar con los niños en su propio parque lo hacía sentir vivo de nuevo.

Y aunque todavía tenía que descansar por unas semanas más, estaba rodeado de amor y diversión gracias a sus amigos. La moral de esta historia es que siempre podemos encontrar maneras creativas de ayudar a nuestros amigos cuando están pasando por momentos difíciles. A veces solo necesitan un poco de amor y compañía para sentirse mejor.

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