El Perro Soñador y su Aventura en Corea del Sur
Había una vez un perrito llamado Toby, un pícaro y dulce beagle que vivía en un hermoso barrio de Buenos Aires. Toby era un perrito muy especial porque, a diferencia de la mayoría de los perros que disfrutaban de correr detrás de pelotas o perseguir gorriones, él tenía un amor profundo por las fresas, especialmente en invierno. Le encantaba hacer un postre delicioso que se convertía en su favorito; fresas con leche condensada y crema. ¡Era un manjar que hacía saltar de felicidad a su pequeño corazón canino!
Pero, además de su devoción por las fresas, Toby tenía otra pasión: adoraba los tulipanes rosas. Estaba convencido de que eran las flores más lindas del mundo. Y, aunque vivía en una ciudad llena de maravillas, había un lugar más allá de sus sueños: ¡Corea del Sur!"Si pudiera ir a Corea del Sur, comería todas las fresas del mundo y vería los tulipanes rosas en flor," solía decir Toby imaginando el viaje.
Un día, mientras estaba en el jardín mirando las flores, Toby escuchó un ruido inusual. Giró su cabeza y vio a un pequeño pajarito lleno de colores brillantes.
"Hola, Toby. ¿Qué sueñas hoy?" preguntó el pajarito.
"Sueño con Corea del Sur. Me encantaría ver los tulipanes y comer fresas," respondió Toby con un brillo en sus ojos.
"Si quieres, ¡te puedo ayudar a ir allá!" dijo el pajarito ilusionado.
"¿De verdad?" se sorprendió Toby.
El pajarito sonrió y le explicó que tenía un mapa mágico que podía llevarlo en un suspiro hasta Corea del Sur. Solo necesitaba tres cosas: una fresa, una gota de leche condensada y un poco de crema.
Así que Toby, entusiasmado, fue corriendo a buscar los ingredientes de su postre favorito. Tras unos momentos, había logrado reunir todo lo que necesitaba. Mientras el pajarito hacía un pequeño ritual, el aire comenzó a brillar intensamente y, de repente, Toby se sintió ligero.
"¡Vamos, Toby!" exclamó el pajarito.
En un parpadeo, Toby ya no estaba en su jardín sino en un lugar lleno de colores vibrantes y olores irresistibles. Miró a su alrededor y vio un campo interminable de tulipanes rosas. Su corazón se llenó de alegría.
"¡Miralos! Son más hermosos de lo que imaginaba," exclamó Toby emocionado.
Mientras corría entre las flores, se encontró con una pequeña perrita llamada Lila.
"Hola, soy Lila. ¿Eres de aquí?" preguntó curiosa.
"No, soy de Argentina, y he venido a conocer a Corea del Sur y a disfrutar de sus fresas y tulipanes. ¡Es un sueño hecho realidad!" contestó Toby.
"¡Qué lindo! Te mostraré la mejor feria de fresas de aquí," le dijo Lila con entusiasmo.
Toby no podía creer su suerte. Juntas, fueron hacia el mercado, colmado de frutas frescas y juegos para todos. Allí, vio todo tipo de fresas: unas enormes, otras pequeñas, algunas incluso con formas divertidas.
"¿Quieres probar la famosa fresas con leche condensada y crema?" le preguntó Lila.
"¡Por supuesto!" contagió su energía.
Mientras disfrutaban de su deliciosa creación, Toby notó algo raro. Un grupo de niños al otro lado del mercado parecía triste.
"¿Por qué están tan tristes?" preguntó Toby a Lila.
"Escuché que se canceló la fiesta de primavera porque no lograron reunir suficientes flores para decorarla."
FIN.