El refugio del rey Pepito



Un día, el rey Pepito decidió dar un paseo por los alrededores de su granja. Mientras caminaba, se encontró con una casa abandonada y decidió entrar a explorar.

Para su sorpresa, dentro de la casa había una hermosa gallina. El rey quedó encantado con esa gallina y pensó que sería perfecta para añadir a su colección de animales en la granja. Sin embargo, no sabía cómo llevársela sin asustarla o lastimarla.

En ese momento, apareció su perro educado llamado Firulais. El perro siempre estaba dispuesto a ayudar al rey y entendió que tenía que encontrar una forma segura de transportar a la gallina hasta la granja.

- Firulais, necesito tu ayuda - dijo el rey Pepito -. Quiero llevarme esta gallina a mi granja pero no sé cómo hacerlo sin asustarla. Firulais movió su cola emocionado y comenzó a pensar en una solución. Después de unos minutos, tuvo una idea brillante.

- Rey Pepito - dijo Firulais -, podríamos construirle un pequeño refugio en nuestra carreta para que se sienta cómoda durante el viaje. Así evitaremos asustarla o lastimarla. Pepito quedó impresionado por la inteligencia de su perro y aceptó inmediatamente la sugerencia.

Juntos, buscaron materiales como maderas y telas para construir un refugio acogedor en la carreta real. Una vez terminado el refugio, Pepito tomó delicadamente a la gallina y la colocaron dentro.

La gallina se sintió segura y cómoda en su nuevo hogar temporal. El rey Pepito y Firulais comenzaron el viaje de regreso a la granja. Durante el trayecto, Pepito le hablaba a la gallina con dulzura para que se sintiera tranquila y confiada.

Al llegar a la granja, todos los animales estaban emocionados por la llegada de una nueva amiga. El rey Pepito soltó a la gallina en un espacio especial preparado solo para ella.

A partir de ese día, la gallina vivió feliz en la granja del rey Pepito. Era muy querida por todos los animales y recibía mucho cariño. Esta historia nos enseña que siempre podemos encontrar soluciones creativas cuando enfrentamos desafíos.

Además, nos muestra cómo es importante ser amables con los animales y tratarlos con respeto. Y así, el rey Pepito aprendió una valiosa lección gracias a su perro Firulais: nunca hay obstáculos demasiado grandes cuando tenemos imaginación y amor en nuestro corazón.

FIN.

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