El rescate de Félix


Había una vez un niño llamado Félix que vivía en la ciudad de Mar del Plata, Argentina. A Félix le encantaba ir a la playa, jugar con la arena y bañarse en el mar.

Un día soleado, decidió ir a disfrutar de un hermoso día en la costa. Félix llegó a la playa emocionado, con su balde y su pala listos para construir castillos de arena.

Se zambulló en el agua y jugó durante horas, riendo y saltando como solo él sabía hacerlo. El sol brillaba en lo alto y las gaviotas revoloteaban en el cielo azul. De repente, mientras Félix estaba concentrado construyendo un castillo de arena, se dio cuenta de que se había perdido.

Miraba a su alrededor y no reconocía ningún lugar familiar. ¡Se había perdido en medio de tanta gente y sombrillas!"Oh no, ¿dónde estoy?" -se preguntaba Félix preocupado.

Félix comenzó a caminar por la playa buscando algo que le resultara familiar, pero todo parecía verse igual: sombrillas coloridas, niños corriendo y padres descansando bajo el sol. El niño empezó a sentir miedo y tristeza por estar tan perdido.

Justo cuando pensaba que no encontraría el camino de regreso a su lugar seguro en la playa, escuchó una voz amable que lo llamaba:"¡Eh tú! ¿Estás perdido?"Félix levantó la mirada y vio a un simpático guardavidas con un flotador rojo que se acercaba hacia él.

"Sí... me he perdido", respondió Félix con voz temblorosa. El guardavidas sonrió y le dijo:"Tranquilo amigo, yo te ayudaré a encontrar a tus papás. ¿Cómo te llamas?""Soy Félix", contestó tímidamente el niño.

El guardavidas llevó de la mano a Félix por toda la playa mientras buscaban entre las multitudes hasta que finalmente encontraron a los padres del pequeño desorientado.

"¡Félix! ¡Gracias a Dios te encontramos!", exclamaron los padres al ver al niño junto al guardavidas. Félix abrazó fuerte a sus padres sintiéndose aliviado y feliz de estar nuevamente con ellos. Agradeció al guardavidas por ayudarlo e hizo una promesa:"Nunca más me alejaré tanto sin decirles adonde voy".

Desde ese día en adelante, Félix aprendió lo importante que es mantenerse cerca de sus seres queridos cuando están juntos en lugares públicos para evitar perderse otra vez.

Y así termina esta historia sobre cómo un día inolvidable en la playa se convirtió en una lección valiosa para el niño Félix. Nunca más olvidaría esa experiencia donde aprendió algo nuevo mientras disfrutaba del sol y del mar argentino.

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