El rescate de Trompita



Había una vez en la selva un elefante llamado Trompita, conocido por tener la trompa más larga y fuerte de todos los elefantes.

Un día, mientras caminaba cerca de un lago, Trompita tropezó con una raíz y cayó de cabeza al agua. - ¡Ayuda! ¡Socorro! - gritaba Trompita mientras luchaba por mantenerse a flote con su trompa. Por suerte, sus amigos Monito y Jirafa pasaban por allí y escucharon sus gritos.

Sin dudarlo ni un segundo, se lanzaron al agua para rescatarlo. - ¡Agárrate a mi cuello, Trompita! - dijo Jirafa extendiendo su largo cuello hacia el elefante.

Trompita agarró fuertemente el cuello de Jirafa con su trompa y Monito nadó hasta ellos para ayudarlos a llegar a la orilla. Fue todo un desafío debido al peso del elefante mojado, pero juntos lograron sacarlo del agua sano y salvo.

Una vez en tierra firme, Trompita les dio las gracias emocionado:- ¡Gracias amigos! No sé qué hubiera hecho sin ustedes. - De nada, Trompita. Los amigos están para ayudarse unos a otros en los momentos difíciles - respondió Monito sonriendo.

Desde ese día, Trompita aprendió que no importa lo grande o fuerte que seas, siempre puedes necesitar la ayuda de tus amigos. Y también descubrió lo importante que es estar ahí cuando alguien lo necesita. A partir de entonces, los tres amigos se volvieron inseparables y compartieron muchas aventuras juntos en la selva.

Y cada vez que veían a alguien en apuros, recordaban el día en que salvaron a Trompita del lago y corrían en su ayuda sin dudarlo ni un segundo.

Y así vivieron felices para siempre bajo la sombra de los árboles altos de la selva, cuidándose mutuamente y demostrando que la verdadera amistad puede superar cualquier obstáculo que se interponga en el camino.

FIN.

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