El Sueño de Dos Amigos
Había una vez en Villa Fiorito, Argentina, dos amigos inseparables llamados Benja y Valen. Desde pequeños, pasaban las horas jugando a la pelota en la calle, soñando con ser futbolistas profesionales. Un buen día, decidieron que era momento de dar un gran paso y se fueron a probar a Argentinos Juniors.
Cuando llegaron, estaban un poco nerviosos, pero también emocionados. Con el corazón latiendo a mil por hora, mostraron su talento en la cancha. El entrenador, impresionado por sus habilidades, les dijo:
"¡Felicitaciones, chicos! ¡Quedaron seleccionados!"
Ambos amigos gritaron de felicidad y se dieron un abrazo, sabiendo que estaban un paso más cerca de cumplir su sueño.
Sin embargo, después de ese gran día, Benja empezó a cambiar. Aunque disfrutaba del fútbol, se dejaba llevar por las malas influencias del barrio. Se juntaba con chicos que no tenían buenos hábitos y comenzó a faltar a los entrenamientos. Valen, por otro lado, se esforzaba al máximo, siempre disponible para aprender y mejorar.
Un día, mientras Benja hacía travesuras en el barrio, se encontró con Valen en la cancha.
"Che, Benja, ¿por qué no venís a entrenar con nosotros? Todos te extrañamos y necesitamos tu talento en el equipo."
"No tengo ganas, Valen, prefiero hacer otra cosa. Además, el fútbol no es para mí."
Valen lo miró preocupado.
"Pero Benja, esto es nuestro sueño. Podemos lograrlo juntos. Si te sigues desviando, podrías perder la oportunidad de tu vida."
Benja se encogió de hombros y se alejó, sintiéndose confuso. Aunque disfrutaba de la diversión momentánea, había algo en su interior que le decía que estaba en el camino equivocado.
Pasaron las semanas y el tiempo de entrenamiento se convirtió en un esfuerzo difícil para Benja. Las malas decisiones comenzaron a impactar su rendimiento. Un día, el entrenador decidió hablar con él.
"Benja, tengo que ser honesto contigo. Has estado ausente y tu rendimiento no es el mismo. Si no cambias, podrías perder tu lugar en el equipo."
Benja se sintió mal. Miró a Valen, quien lo observaba desde la esquina de la cancha, trabajando duro. Entonces comprendió lo que realmente quería: quería ser futbolista, pero estaba dejando que las malas decisiones le arruinaran su sueño.
Esa noche, mientras miraba el video de sus ídolos futbolísticos, se dio cuenta de que debía hacer un cambio. Al día siguiente, habló con Valen.
"Che, Valen, tenés razón. Quiero volver a entrenar. Quiero ser parte del equipo."
"¡Eso es genial, Benja! Estoy súper feliz de que hayas decidido volver. Vamos a trabajar juntos y ayudarnos."
Así, Benja comenzó a ir a todos los entrenamientos. A medida que avanzaba el tiempo, mejoró su técnica y su condición física, y lo más importante, también aprendió a apartarse de las malas influencias.
Un día, el gran partido por el campeonato llegó. La emoción se palpaba en el aire mientras los amigos se preparaban.
"Estamos listos para esto, ¿verdad?" preguntó Valen.
"Sí, aunque tengo un poco de nervios. Pero sé que tenemos un buen equipo."
El partido fue intenso; el estadio vibraba con los gritos de la hinchada. Todo el esfuerzo de Benja y Valen estaba en juego. Al final del segundo tiempo, el marcador estaba empatado. Fue entonces cuando el entrenador llamó a Benja.
"Es tu momento, Benja. Salí y hacé lo que mejor sabés hacer."
Con el corazón latiendo fuerte, Benja entró a la cancha. Tras unos minutos, recibió un pase perfecto de Valen. Con destreza y agilidad, dribló a los defensores y lanzó un tiro magistral directo al arco. ¡Gol!
La multitud estalló de alegría, y Benja y Valen se abrazaron en el campo, su amistad aún más fuerte que antes.
Desde entonces, no solo se convirtieron en compañeros de equipo, sino en hermanos del corazón, demostrando que la dedicación, el esfuerzo y la amistad pueden llevarte muy lejos. Juntos, aprendieron que los sueños se pueden alcanzar si se trabaja en equipo y se eligen las decisiones correctas. Del barrio de Villa Fiorito al corazón del fútbol argentino, Benja y Valen siempre recordarían este día como el inicio de su verdadera aventura.
FIN.