El sueño mágico de Benito



Había una vez en un tranquilo pueblo de Argentina, un osito muy especial llamado Benito. A diferencia de los demás osos, a Benito le encantaba moverse y explorar durante la noche.

Mientras todos los animales dormían plácidamente, él se levantaba sigilosamente para descubrir nuevos lugares y aventuras. Sin embargo, esto preocupaba mucho a sus papás osos, Don Cacho y Doña Carmela. Ellos sabían que era importante que Benito descansara lo suficiente para crecer fuerte y sano.

Pero no sabían cómo hacerlo entender. Una tarde soleada, mientras Benito jugaba con su amiga conejita Clarita en el bosque cercano al pueblo, sus papás decidieron hablar con la sabia tortuga Don Toribio en busca de consejo.

"Don Toribio", dijo Don Cacho preocupado, "nuestro hijo Benito no quiere quedarse quieto durante la noche como los demás ositos.

¿Qué podemos hacer?"Don Toribio pensó por unos instantes antes de responder:"Lo primero que deben hacer es hablar con Benito y explicarle la importancia del descanso nocturno", sugirió el viejo tortugo. Con esperanza renovada, Don Cacho y Doña Carmela regresaron a casa ansiosos por tener esa charla con su pequeño travieso.

Esa misma noche después de cenar miel caliente juntos en la madriguera familiar, se sentaron alrededor de una fogata acogedora. "Benito querido", comenzó Doña Carmela con ternura en su voz,"nosotros te amamos mucho y queremos lo mejor para ti.

"Benito escuchaba atentamente, curioso por saber qué querían decirle sus papás. "Sabemos que te encanta explorar durante la noche, pero es importante que descanses lo suficiente para crecer fuerte y sano", continuó Don Cacho. Benito frunció el ceño, sin entender del todo lo que le estaban explicando.

Pero sus papás no se rindieron. "Imagínate si nunca descansas y siempre estás cansado. No podrías jugar tanto como quisieras ni disfrutar de tus aventuras nocturnas", agregó Doña Carmela con paciencia.

Benito comenzó a comprender un poco más lo que sus papás trataban de decirle. Decidió hacerles caso y aprender a controlar su energía durante la noche para poder disfrutar mejor del día siguiente.

A partir de esa noche, Benito hizo un gran esfuerzo por quedarse en su madriguera durante las horas de sueño. Pero aún así, tenía dificultades para conciliar el sueño temprano. Una mañana soleada, mientras caminaba cerca del río con Clarita, encontraron una pequeña caja misteriosa flotando en el agua.

Emocionados por la sorpresa decidieron llevarla a casa para abrir juntos su contenido. Al abrir la caja, encontraron un reloj antiguo con una nota adjunta que decía: "Este reloj tiene el poder de ayudarte a mantener horarios regulares". Benito sabía exactamente qué hacer.

Desde ese día en adelante, Benito usaba su reloj especial para marcar los momentos adecuados para dormir y despertar. Poco a poco fue adquiriendo buenos hábitos de sueño y se volvió más disciplinado.

Con el tiempo, Benito comprendió que al descansar lo suficiente durante la noche, tenía más energía para disfrutar de sus aventuras diarias. Además, se sentía feliz y sano. La noticia sobre cómo Benito aprendió a controlar su energía nocturna se extendió por todo el pueblo.

Los animales comenzaron a seguir su ejemplo y todos vivieron vidas más equilibradas y saludables.

Y así fue como Benito, con la ayuda de sus papás y un reloj mágico, logró aprender la importancia del descanso nocturno y enseñó a todos los animales del bosque a tener buenos hábitos de sueño. Desde entonces, las noches en el tranquilo pueblo de Argentina fueron mucho más tranquilas y todas las criaturas pudieron vivir felices bajo la luna estrellada.

FIN.

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