El sueño mundialista de los tres amigos
Había una vez tres amigos llamados Bauti, Manu y Eze que amaban el fútbol. Siempre jugaban juntos en el parque del barrio y soñaban con ser parte del equipo Argentino de fútbol.
Un día, mientras jugaban un partido en el parque, llegó un hombre misterioso que les preguntó si querían formar parte del equipo nacional para jugar el mundial de fútbol. Los tres amigos no podían creer lo que estaban escuchando y aceptaron inmediatamente la oferta.
Luego de meses de entrenamiento intenso, finalmente llegó el gran día: la final del mundial. Argentina se enfrentaba a su rival más fuerte y los nervios estaban a flor de piel.
"¡Vamos chicos! ¡Podemos hacerlo!" gritó Bauti para animar a sus compañeros. "Sí, tenemos que dar todo lo que tenemos" dijo Manu emocionado. "No importa qué pase hoy, estamos orgullosos de haber llegado hasta acá" agregó Eze con determinación.
El partido comenzó y ambos equipos lucharon ferozmente por obtener la victoria. Pero fue gracias a un golazo espectacular de Manu que Argentina logró adelantarse en el marcador. La emoción invadió al público argentino presente en el estadio y los tres amigos se abrazaron emocionados.
Sin embargo, aún quedaba mucho por jugar y los rivales no iban a dejar las cosas tan fáciles. A medida que pasaba el tiempo, Argentina comenzaba a sentirse cada vez más presionada por mantener la ventaja en el marcador.
Fue entonces cuando Eze sacó un remate potente que terminó en el segundo gol de Argentina. "¡Lo logramos, chicos! ¡Estamos a punto de ganar el mundial!" gritó Bauti emocionado.
Pero la alegría duró poco tiempo ya que los rivales empataron el partido y todo parecía perdido. Fue entonces cuando los tres amigos se miraron entre sí y supieron que tenían que hacer algo especial para salvar al equipo.
"Chicos, tenemos que jugar juntos como lo hacemos en el parque. Con pasión y corazón" dijo Manu con convicción. Los tres amigos comenzaron a jugar como nunca antes lo habían hecho.
Se pasaban la pelota con precisión y rapidez, dejando atrás a los defensores rivales sin problemas. Y así fue como llegó el gol del triunfo: una jugada espectacular entre Bauti, Manu y Eze que terminó en un remate imparable al arco rival.
Argentina había ganado el mundial gracias al trabajo en equipo y la amistad inquebrantable de tres amigos apasionados por el fútbol. Los tres amigos levantaron juntos la copa del mundo mientras los argentinos presentes en el estadio celebraban con lágrimas de felicidad en sus ojos.
Desde ese día, Bauti, Manu y Eze se convirtieron en héroes nacionales e inspiración para todos aquellos niños que sueñan con ser parte del equipo Argentino algún día.
Y aunque muchos años han pasado desde aquel día histórico, su amistad sigue siendo tan fuerte como aquella vez cuando jugaban juntos en el parque del barrio.
FIN.