El Tesoro de la Amistad
Había una vez dos amigos, Juanito y Pepito, que eran inseparables. Cada día se encontraban en el parque para jugar juntos y contarse sus sueños más grandes.
Un día, mientras jugaban a los piratas, se les ocurrió la idea de buscar un tesoro enterrado. -¡Será emocionante! -dijo Juanito-. ¿Te imaginas encontrar un cofre lleno de oro y joyas? -Podríamos comprar todos los juegos que quisiéramos -respondió Pepito con una sonrisa malvada-.
Pero necesitamos un mapa del tesoro para empezar. Los amigos se pusieron manos a la obra y buscaron por todas partes hasta que encontraron un viejo pergamino en el sótano de la biblioteca.
El mapa parecía antiguo y estaba lleno de marcas misteriosas, pero ellos estaban seguros de que era auténtico. -¡Vamos a encontrar ese tesoro! -exclamó Pepito con entusiasmo. Juanito no sabía por qué, pero algo en su interior le decía que no confiara completamente en su amigo.
Sin embargo, decidió ignorar esos pensamientos y seguir adelante con el plan. Los niños salieron al bosque armados con palas y linternas. Después de caminar durante horas llegaron al lugar donde supuestamente estaba enterrado el tesoro.
Comenzaron a cavar frenéticamente hasta que finalmente oyeron un sonido metálico. -¡Lo encontramos! -gritó Pepito emocionado mientras sacaba del agujero un cofre dorado.
Pero cuando lo abrieron descubrieron algo sorprendente: no había oro ni joyas, sino una pequeña nota que decía: "El tesoro más valioso es la amistad verdadera". Juanito se sintió decepcionado y traicionado por su amigo. Él pensó que todo había sido un engaño para conseguir el tesoro. Sin embargo, Pepito parecía feliz con el hallazgo.
-¿No te das cuenta, Juanito? -dijo Pepito con una sonrisa-. El verdadero tesoro está aquí entre nosotros. La amistad es lo más importante que tenemos. Juanito reflexionó sobre las palabras de su amigo y finalmente entendió lo que quería decir.
-Tienes razón, Pepito -dijo Juanito con una sonrisa sincera-. El tesoro más valioso es nuestra amistad. Nunca volveré a dudar de ti. Los amigos se abrazaron y prometieron cuidar siempre su amistad como si fuera el mayor tesoro del mundo.
Desde ese día en adelante, Juanito aprendió a valorar la confianza y la lealtad en su relación con Pepito y juntos siguieron explorando aventuras emocionantes pero siempre recordando que el mayor premio era tener uno al otro como amigos inseparables.
FIN.