El tesoro de la amistad



Un día soleado, mis amigos y yo decidimos ir a la playa para jugar fútbol. Era una de nuestras actividades favoritas en el verano.

Luego de un rato, nos dimos cuenta que las olas del mar estaban muy tranquilas y decidimos entrar al agua. Mientras nadábamos, notamos que había muchas estrellas de mar en la orilla.

Mi amigo Lucas dijo: "¡Hey chicos! ¿Por qué no buscamos más estrellas de mar para llevarlas a casa?" Todos estábamos emocionados con la idea, así que comenzamos nuestra búsqueda. De repente, mi amigo Juan se sumergió bajo el agua y descubrió una planta extraña. Corrimos hacia él para verla mejor y quedamos impresionados por su belleza exótica.

Decidimos buscar más plantas como esa mientras continuábamos nuestra búsqueda de estrellas de mar. Después de un tiempo, encontramos todo lo que queríamos y volvimos a la orilla con nuestros tesoros del mar.

Pero cuando llegamos allí vimos algo sorprendente: un grupo de niños pequeños llorando porque habían perdido sus juguetes en el agua. Nos acercarnos a ellos y les pregunté qué había pasado.

Uno de los niños me contó que una ola gigante se llevó sus juguetes al fondo del océano. En ese momento recordé las estrellas de mar y las plantas exóticas que habíamos encontrado antes. Le dije al niño: "No te preocupes, ¡te ayudaremos a encontrar tus juguetes!".

Mis amigos rápidamente se pusieron manos a la obra; utilizándo nuestras habilidades submarinas encontraron los juguetes perdidos en poco tiempo. Los niños estaban muy felices y agradecidos por nuestra ayuda. Nosotros también estábamos contentos de haber podido ayudarlos.

Aprendimos una valiosa lección ese día: no sólo podemos disfrutar del mar, sino que también podemos ayudar a otros mientras exploramos sus profundidades.

Desde entonces, cada vez que vamos a la playa, buscamos más cosas interesantes para llevarnos a casa y siempre estamos atentos para poder ayudar a quienes lo necesiten.

FIN.

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