El tesoro de los abrazos y besos



Había una vez una niña llamada Martina que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Ella era una niña muy especial, llena de energía y siempre con una sonrisa en su rostro.

Pero había algo que entristecía a Martina: sus seres queridos vivían lejos y no podían darle los besos y abrazos que tanto anhelaba. Un día, mientras paseaba por el parque, Martina encontró un viejo libro mágico escondido entre los arbustos.

Sin pensarlo dos veces, lo tomó entre sus manos y comenzó a hojearlo. En ese momento, las páginas del libro cobraron vida y apareció un simpático duende llamado Chispín.

- ¡Hola Martina! Soy Chispín, el duende de los deseos -dijo el duende con alegría-. Veo que estás triste porque extrañas los besos y abrazos de tus seres queridos. Martina asintió con la cabeza y dijo:- Sí, Chispín. Me encantaría poder recibir esos besos y abrazos todos los días.

Chispín sonrió y le explicó a Martina que existía un almacén mágico donde se guardaban todos los besos y abrazos del mundo. Sin embargo, este almacén solo se podía encontrar si uno seguía las pistas adecuadas.

Emocionada por la aventura que se avecinaba, Martina siguió a Chispín hasta llegar al inicio del camino hacia el almacén mágico. Juntos recorrieron bosques encantados, cruzaron ríos cristalinos e incluso treparon montañas altísimas.

Cada paso que daban, Martina sentía cómo la alegría y el amor crecían en su corazón. Finalmente, después de mucho esfuerzo, llegaron al almacén mágico. Era un lugar hermoso lleno de cajas y paquetes envueltos en papel de colores.

Chispín le explicó a Martina que cada caja contenía los besos y abrazos que la gente había enviado desde lejos. Martina se emocionó tanto que no sabía por dónde empezar.

Comenzó a abrir una caja tras otra y sintió cómo todos esos besos y abrazos llenaban su cuerpo de felicidad. Pero entonces, ocurrió algo inesperado: las cajas se cerraron misteriosamente. - ¡Oh no! -exclamó Martina-.

¿Qué ha pasado? Chispín miró con preocupación las cajas cerradas y dijo:- Parece ser que estos besos y abrazos aún tienen un destino antes de llegar a ti, Martina. Debes ayudarme a encontrar a las personas adecuadas para entregarlos. Así comenzó una nueva aventura para Martina y Chispín.

Juntos viajaron por diferentes lugares del mundo llevando consigo los besos y abrazos que estaban destinados a ella pero que no podían llegar directamente.

En cada lugar encontraron personas necesitadas de cariño: un anciano solitario en una casa de retiro, un niño enfermo en un hospital, una familia desplazada por un desastre natural. En cada encuentro especial, Martina entregaba los besos y abrazos guardados en las cajas mágicas. Con cada entrega, Martina sentía cómo su corazón se llenaba de amor y felicidad.

Aprendió que el cariño y la generosidad no conocen fronteras ni distancias. Y aunque extrañara a sus seres queridos, sabía que podía compartir su amor con todos aquellos que lo necesitaran. Cuando finalmente regresaron al pueblo, Martina era una niña transformada.

Ya no extrañaba tanto los besos y abrazos de sus seres queridos porque había descubierto la magia de compartir el amor con los demás. Desde ese día, Martina se convirtió en una pequeña embajadora del cariño.

Siempre llevaba consigo un mensaje especial: "Ama y abraza sin medida". Y así, mientras crecía, su pueblo se llenó de risas, sonrisas y mucho, pero mucho amor. Y colorín colorado, este cuento mágico ha terminado.

FIN.

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