El Torneo de la Honestidad en Villa Gol
En una pequeña ciudad llamada Villa Gol, vivía un grupo de amigos muy unidos que compartían la pasión por el fútbol.
Entre ellos se encontraban Fútbol, un niño apasionado por el deporte; Comesaña, un perro callejero que siempre los acompañaba en sus partidos; y Jarlan Barrera, un gato astuto y ágil. Un día, se anunció que habría un torneo de fútbol en la ciudad y el equipo de amigos decidió inscribirse.
Estaban emocionados por la oportunidad de jugar juntos y demostrar su talento en la cancha. Sin embargo, justo antes del primer partido, descubrieron que uno de los equipos rivales estaba haciendo trampa. Era el equipo de la "Estrella Falsa", liderado por un niño engreído llamado Final.
Utilizaban artimañas para ganar los partidos: fingían lesiones, empujones a escondidas y hasta intentaban distraer al árbitro con trucos sucios.
Los amigos sabían que no sería fácil enfrentarse a ellos, pero estaban decididos a jugar limpio y demostrar que el verdadero valor estaba en el trabajo en equipo y la honestidad. El primer partido fue contra la "Estrella Falsa" y desde el inicio se vio la diferencia entre ambos equipos.
Mientras Final ordenaba a sus compañeros jugar sucio, Fútbol, Comesaña y Jarlan Barrera se esforzaban por dar lo mejor de sí en cada jugada. A pesar de las trampas del equipo rival, lograron empatar el partido gracias a su perseverancia y habilidades individuales.
"¡No podemos permitir que sigan haciendo trampa! ¡Debemos demostrarles que se puede ganar con fair play!", exclamó Fútbol con determinación. El siguiente encuentro fue aún más intenso, con la "Estrella Falsa" redoblando sus esfuerzos por desestabilizar al equipo de amigos.
Pero Fútbol inspiraba a sus compañeros a mantenerse firmes ante las adversidades y recordar que lo importante era jugar con pasión y respeto por el juego.
Llegaron así a la gran final del torneo, donde se enfrentarían nuevamente contra la "Estrella Falsa". Esta vez, Final había intensificado sus tácticas tramposas e incluso logró adelantarse en el marcador con una jugada dudosa. Parecía que todo estaba perdido para los amigos, pero entonces sucedió algo inesperado.
Comesaña, quien había estado observando atentamente cada movimiento del equipo rival durante todo el torneo, descubrió su punto débil: Final era excelente ejecutando tiros libres directos pero fallaba constantemente en los penales debido a su nerviosismo.
Con esta información crucial en mente, idearon un plan para presionarlo psicológicamente durante la tanda de penales si llegaban a esa instancia. El partido llegó a su fin con empate 1-1 y todo se definiría desde los 12 pasos.
Cuando llegó el turno de Final para cobrar su penal decisivo, Comesaña comenzó a ladrar fuertemente desde detrás del arco distrayendo al joven engreído quien erró increíblemente su disparo enviándolo fuera del arco.
"¡Lo logramos! ¡Ganamos!", gritaron emocionados Fútbol y Jarlan Barrera mientras abrazaban jubilosos al valiente perro callejero.
La victoria del equipo de amigos no solo significó levantar el trofeo como campeones del torneo sino también haber demostrado que nunca hay que rendirse frente a las adversidades ni caer en la tentación de hacer trampas para conseguir lo deseado. El verdadero éxito radica en jugar limpio respetando al rival y valorando siempre la amistad sobre cualquier resultado deportivo.
FIN.