El Viaje de las Palabras Mágicas



En una pequeña y colorida ciudad argentina, vivía una niña llamada Lila. Tenía una imaginación desbordante y un amor profundo por las palabras. Cada día, después de la escuela, Lila se sentaba bajo su árbol favorito, donde leía cuentos de diferentes culturas del mundo. Un día, mientras pasaba las páginas de un libro, encontró un misterioso mapa que la llevó a un viaje mágico.

- ¡Oh, por favor, llévame a conocer nuevas palabras! - pidió Lila en voz alta mientras sostenía el mapa.

De repente, el mapa brilló y un haz de luz la envolvió. En un instante, se encontró en un bosque hermoso y tranquilo.

- ¿Dónde estoy? - se preguntó.

Un dulce pajarito se posó a su lado y le dijo:

- Estás en Alemania, Lila. Aquí se pronuncia una palabra maravillosa: Waldeinsamkeit. Significa la soledad del bosque, esa sensación de paz que sientes cuando estás rodeada de naturaleza.

Lila miró a su alrededor y se dio cuenta de que el bosque estaba lleno de vida y colores brillantes. Se sentó a escuchar el canto de los pájaros y se sintió feliz.

- ¡Es hermoso! - exclamó Lila. - Quiero llevarme esta palabra conmigo.

- Claro, pero deberás viajar a otros lugares y aprender más palabras - le respondió el pajarito antes de despedirse y volar hacia el cielo.

Lila regresó al mágico haz de luz y, al instante, se encontró en Italia, junto a una mesa repleta de delicias.

- ¡Bienvenida! - dijo un sonriente chef. - Aquí, la palabra que necesitas conocer es —"Culaccino" . Significa la marca que deja un vaso de bebida en la mesa.

Lila se quedó mirando la mojada superficie de la mesa. ¡Era tan divertido pensar que una marca podía tener un nombre especial!

- Me llevaré —"Culaccino"  a casa - sonrió Lila.

Antes de que pudiera decir otra cosa, el chef le entregó un pedazo de pizza y la magia la llevó lejos una vez más.

Esta vez, Lila se encontró bajo la sombra de un árbol en Japón.

- ¡Hola! - saludó un joven amable. - Esta es la palabra —"Komorebi" . Habla de la luz del sol que se filtra a través de las hojas.

Lila observó cómo los rayos de sol danzaban entre las hojas y dejó escapar un suspiro de felicidad.

- ¡Es tan poético! - dijo.

Después de apoderarse de esa hermosa palabra, Lila regresó a su aventura. La siguiente parada fue un banquete familiar en España. Todos estaban riendo y charlando mientras disfrutaban de una comida deliciosa. En medio de risas, escuchó a su abuela explicar:

- La —"Sobremesa"  es el tiempo que pasamos conversando después de comer.

Lila sonrió. Se dio cuenta de que ese momento de unión y risas era precioso.

- ¡Qué hermosa tradición! Quiero recordar esta palabra siempre - exclamó.

Finalmente, llegó a Indonesia, donde conoció a un hombre que era un gran contador de historias.

- La palabra —"Jayus"  describe un chiste tan malo que termina siendo gracioso - dijo el hombre entre risas.

Lila rió junto a él. Disfrutó tanto que decidió guardar esta risa en su corazón.

Por último, se encontró con un grupo de niños en Rusia, curiosos y llenos de preguntas. Uno de ellos le preguntó:

- ¿Por qué viajar? -

- Porque quiero aprender, y tengo una palabra para eso: —"Pochemuchka" . Es alguien que hace muchas preguntas - respondió Lila con una sonrisa.

Lila miró a su alrededor, se sintió afortunada por haber conocido todas estas palabras mágicas y las culturas que las acompañaban. Al regresar a su hogar, se sentó bajo su árbol y decidió compartir sus nuevas palabras con todos sus amigos y familiares.

- ¡Chicos! - llamó. - Hoy aprendí palabras mágicas de diferentes partes del mundo. Vamos a hacer una tarde de palabras, cada uno traerá una historia sobre su palabra favorita.

Y así, cada tarde, Lila y sus amigos se sentaban en ronda, compartiendo palabras y riendo juntos. Lila se dio cuenta de que las palabras tienen un poder especial: unas nos traen recuerdos, otras nos hacen sentir, e incluso algunas nos hacen reír. Y lo más importante, cada una refleja la cultura de un lugar y une a las personas.

A partir de ese día, Lila nunca dejó de buscar palabras, entendiendo que cada lengua tiene su magia y su propia historia que contar.

FIN.

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