El zorro perdido


Laura estaba muy emocionada por su cumpleaños. Sus padres le habían regalado un viaje de campamento con sus amigas a las afueras de la ciudad.

Laura siempre había sido una niña soñadora y aventurera, así que este era el regalo perfecto para ella. Cuando llegaron al campamento, Laura y sus amigas se instalaron en sus carpas y empezaron a explorar los alrededores. La naturaleza era hermosa y llena de vida: árboles altos, flores silvestres y muchos animales.

Un día mientras caminaban por el bosque, se encontraron con un pequeño zorro que parecía estar perdido. Laura se acercó cuidadosamente al animalito y lo tomó en brazos. El zorro parecía asustado pero no hacía nada para escapar.

"Miren chicas ¡encontré un zorro!" - dijo Laura emocionada. "¡Qué lindo! Pero debemos tener cuidado, podría ser peligroso" - advirtió una de sus amigas.

Laura decidió llevar al zorro a su carpa para darle algo de comida y agua. Mientras lo alimentaba, comenzó a pensar en cómo podrían ayudarlo a encontrar su camino de vuelta a casa. Al día siguiente, después del desayuno, las chicas decidieron salir en busca del hogar del zorrito perdido.

Caminaron durante horas hasta que finalmente encontraron una cueva donde vivían varios otros zorros. Laura se acercó lentamente con el pequeño zorro en los brazos mientras los demás animales la observaban con curiosidad.

De repente uno de ellos salió corriendo y regresó con una zorra más grande, que resultó ser la madre del pequeño zorro. La madre zorra se acercó a Laura y olfateó al cachorro en sus brazos.

Después de un momento, comenzó a lamerlo y cuidarlo como si fuera suyo. "¡Miren chicas! ¡Lo logramos! Encontramos el hogar del zorrito" - exclamó Laura emocionada. Las chicas estaban felices por haber ayudado al pequeño animalito a encontrar su camino de regreso a casa.

A partir de ese día, Laura se dio cuenta de lo importante que era cuidar y proteger a los animales salvajes.

De vuelta en el campamento, Laura decidió escribir una carta a sus padres para contarles sobre todas las aventuras que tuvo durante su viaje. Les dijo lo mucho que aprendió sobre la naturaleza y cómo había descubierto su pasión por los animales salvajes.

Desde aquel día, Laura se dedicó a estudiar todo lo relacionado con la vida silvestre, convirtiéndose en una gran defensora del medio ambiente. Y todos los años celebraba su cumpleaños volviendo al mismo lugar donde encontró al pequeño zorro perdido, recordando esa maravillosa experiencia que marcó su vida para siempre.

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