Juanito y su cuerpo sabio


Había una vez un nene llamado Juanito, a quien no le gustaba para nada hacer pis.

Siempre que sentía la necesidad de ir al baño, se aguantaba lo más que podía, hasta que ya no podía contenerse más y terminaba teniendo un accidente. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, sintió esa molesta sensación en la panza que indicaba que debía ir al baño.

Pero en lugar de decirles a sus amigos que iba a ir al baño, decidió seguir jugando y aguantarse un poco más. Pasaron unos minutos y Juanito ya no podía sostenerlo más. Se quedó quieto por un momento y luego sintió cómo sus pantalones se mojaban.

Estaba tan avergonzado que salió corriendo del parque sin decirle nada a nadie. Al llegar a su casa, su mamá notó enseguida lo sucedido y le preguntó preocupada qué había pasado.

Juanito bajó la cabeza y le contó entre sollozos cómo no quería hacer pis en el parque porque estaba muy entretenido con sus amigos. Su mamá lo abrazó con ternura y le explicó: "Juanito, es muy importante escuchar a tu cuerpo cuando te pide ir al baño.

No hay nada de qué avergonzarse, todos tenemos necesidades fisiológicas que debemos atender". Juanito reflexionó sobre las palabras de su mamá y decidió cambiar su actitud.

A partir de ese momento, cada vez que sentía ganas de hacer pis o caca, dejaba todo lo que estaba haciendo y buscaba rápidamente un baño. Con el tiempo, Juanito se acostumbró tanto a esta nueva rutina que ya no tuvo más accidentes vergonzosos.

Además, descubrió que al atender pronto sus necesidades fisiológicas se sentía mucho mejor y podía disfrutar plenamente de sus actividades sin preocupaciones.

Desde entonces, Juanito entendió la importancia de cuidar de sí mismo escuchando las señales de su cuerpo y aprendió una valiosa lección: nunca hay que ignorar las necesidades básicas porque forman parte fundamental de nuestro bienestar. Y así vivieron felices él... ¡y también sus amiguitos!

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