La amistad de Tito y la princesita
Había una vez un pequeño duende llamado Tito que vivía en el bosque encantado. Era un duende muy amable y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás habitantes del bosque.
Un día, mientras Tito caminaba por el bosque buscando bayas para su cena, se topó con la princesita del reino cercano. La princesita estaba paseando por el bosque y se había perdido.
Tito se ofreció a acompañarla de vuelta al castillo y juntos emprendieron el camino de regreso. Durante el camino, Tito y la princesita conversaron sobre muchas cosas y descubrieron que tenían mucho en común. A partir de ese día, Tito comenzó a visitar regularmente al castillo para pasar tiempo con la princesita.
Juntos jugaban juegos divertidos, leían libros interesantes e incluso aprendieron a bailar juntos. Sin embargo, no todos estaban contentos con esta amistad entre un duende y una princesa.
El malvado mago del reino tenía celos de la felicidad que compartían Tito y la princesita, así que decidió hacer algo al respecto. Una noche oscura, mientras Tito dormía pacíficamente en su hogar en el bosque, el mago lo secuestró y lo llevó lejos del reino.
La princesita estaba desesperada por encontrar a su amigo duende desaparecido. Buscó por todo el bosque pero no pudo encontrarlo. Finalmente decidió pedir ayuda al sabio búho del reino para buscarlo.
El búho les dijo que había visto al mago llevarse a Tito hacia las montañas más allá del bosque. La princesita y sus guardias se armaron de valor y emprendieron el peligroso viaje hacia las montañas.
Finalmente, después de muchos días de búsqueda, encontraron a Tito atrapado en una jaula en lo alto de la montaña. La princesita y sus guardias lucharon contra el mago para liberar a Tito. Finalmente lograron vencer al malvado mago y regresaron triunfantes al reino con el pequeño duende a salvo.
Desde ese día, Tito se convirtió en un héroe dentro del reino. La princesita le construyó una casa especial dentro del castillo donde podía quedarse cada vez que quisiera visitarla.
La amistad entre Tito y la princesita se fortaleció aún más después de esta aventura. Aprendieron que siempre debían apoyarse mutuamente en los momentos difíciles y nunca dejar que nadie les impidiera ser amigos. Y así vivieron felices para siempre, disfrutando juntos de todas las aventuras que les esperaban en el futuro.
FIN.