La Aventura de Yuri para Encontrar a Kenji
Hace mucho tiempo, en un pequeño barrio lleno de risas y juegos, vivían dos amigos inseparables: Kenji y Yuri. A pesar de que ambos disfrutaban de su amistad, algo no estaba bien. Yuri, por su carácter un poco posesivo y exigente, comenzaba a hacer que Kenji se sintiera incómodo.
Un día, mientras jugaban en el parque, Kenji decidió hablar.
"Yuri, creo que a veces me siento un poco agobiado. Me gustaría que pudiéramos compartir más y que tú también escucharas mis ideas."
"¿Agobiarte? No entiendo. Solo quiero lo mejor para vos, Kenji. No tenés que sentirte así."
"Es que a veces siento que solo hacemos lo que vos querés. Quizás sería bueno tomar un tiempo."
Al escuchar esto, Yuri se enojó mucho. Sintió que Kenji lo estaba abandonando y, en ese momento, la rabia le nubló el pensamiento. Sin decir más, se alejó furioso.
Kenji, por su parte, sintió que había tomado la decisión correcta, pero al día siguiente, la tristeza lo invadió. Extrañaba a su amigo, pero también sabía que era necesario cuidar su bienestar.
Mientras tanto, tardo un tiempo, Yuri comenzó a darse cuenta de que su reacción había sido muy intensa. Sentía cada vez más la ausencia de Kenji y, tras algunos días de reflexión, comprendió que necesitaba cambiar su manera de ser para poder recuperar su amistad.
Un buen día, Yuri decidió que iba a buscar a Kenji. Se armó de valor, se calzó sus zapatillas más cómodas y salió en búsqueda de pistas sobre su amigo. Primero fue a la sala de juegos donde solían ir juntos.
"¿Alguien ha visto a Kenji?" - preguntó a algunos chicos que jugaban.
"Sí, creo que lo vi en el parque, pero está muy triste desde que te fuiste."
Yuri se sintió repleto de culpa, pero eso no le impidió seguir adelante. Avanzó hacia el parque y se encontró con una nueva sorpresa. Allí estaba Kenji, jugando solo en una esquina, con una mirada melancólica.
"¡Kenji!" - gritó Yuri, esperanzado.
"Yuri, ¿qué haces aquí?" - contestó Kenji, sin poder ocultar su sorpresa.
Yuri se acercó cauteloso y le dijo:
"He estado pensando mucho en nuestra amistad, y me doy cuenta de que soy un poco... intenso. Quiero cambiar. Me encantaría volver a ser amigos."
Kenji quedó en silencio, evaluando las palabras de Yuri. Sabía que el proceso de cambiar no era del todo fácil, pero algo en el corazón de Kenji le decía que valía la pena intentarlo.
"Yuri, aprecio que reconozcas cómo te sientes. También quiero que nuestra amistad sea equilibrada y feliz. ¿Podemos empezar por hacer cosas que a ambos nos gusten?"
"¡Sí!" - exclamó Yuri con una gran sonrisa. "¿Te parece si vamos a volar cometas?"
Ambos caminaron juntos hacia la colina, charlando sobre todo lo que habían extrañado el uno del otro. Y, al llegar, comenzaron a volar sus cometas, disfrutando no solo del viento y del colorido del cielo, sino también de la libertad de ser ellos mismos.
Con el tiempo, Kenji y Yuri aprendieron a comunicarse mejor, a compartir sueños y juegos sin que uno se impusiera sobre el otro. Gracias a la aventura de Yuri, ambos se dieron cuenta de que la amistad está en el entendimiento, la comunicación y el respeto mutuo.
Así, la historia de Kenji y Yuri se convirtió en una hermosa lección para todos en el barrio. Aunque a veces hay diferencias, lo que importa es resolverlas con cariño y respeto; y así, siempre habrá lugar para la amistad en el corazón de quienes quieren y eligen ser amigos.
FIN.