La aventura en el parque prehistórico



Había una vez un grupo de valientes niños que se perdieron en el parque jurásico durante una excursión escolar.

Mientras exploraban, se separaron del resto de sus compañeros y se encontraron cara a cara con grandes dinosaurios que los perseguían. Corrieron y corrieron hasta que finalmente llegaron a una cueva escondida entre la vegetación. -¡Por suerte encontramos este refugio! -exclamó Juan, el más aventurero del grupo. Los niños entraron en la cueva y allí decidieron organizarse para sobrevivir.

María, la más ingeniosa del grupo, propuso hacer turnos para ir en busca de comida mientras los demás cuidaban la entrada de posibles peligros. Así comenzó su emocionante aventura en el parque jurásico.

Durante el día, exploraban los alrededores en busca de frutas y plantas comestibles, siempre atentos a cualquier movimiento sospechoso de los dinosaurios. Por las noches, compartían historias y risas alrededor de una fogata improvisada con ramas secas.

Un día, mientras buscaban bayas cerca de un río, escucharon un rugido escalofriante. Se escondieron rápidamente detrás de unos arbustos y vieron pasar a un enorme T-Rex que se dirigía hacia su cueva.

-¡Debemos encontrar otra salida antes de que regrese! -dijo Ana, la más sensata del grupo. Decidieron explorar el interior de la cueva y descubrieron un estrecho pasaje secreto que los llevó a una zona segura pero desconocida. Allí encontraron frutas exóticas y agua fresca para saciar su sed.

Con astucia e ingenio lograron sobrevivir cada día en ese lugar inhóspito lleno de peligros. Aprendieron a trabajar en equipo, a respetar las ideas de cada uno y a valorar la importancia de la amistad en momentos difíciles.

Después de varios días viviendo esta gran aventura, escucharon a lo lejos voces familiares. Eran los adultos del parque jurásico que habían salido en su búsqueda al percatarse de su ausencia.

Los niños corrían emocionados hacia ellos cuando vieron algo inesperado: ¡un pterodáctilo descendió del cielo cargando bolsas llenas de provisiones! -¡Gracias por ayudarnos! -gritaron todos sorprendidos. Finalmente reunidos con sus maestros y padres, los niños contaron orgullosos todas las hazañas vividas durante su aventura en el parque jurásico.

Desde ese día supieron que juntos podían superar cualquier desafío si trabajaban unidos como verdadero equipo.

FIN.

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