La Bailarina Valiente


Había una vez una niña llamada Sofía, que tenía un gran sueño: ser bailarina.

Desde pequeña, había sentido una conexión especial con la música y el movimiento, y siempre imaginaba cómo sería estar en un escenario, deslizándose graciosamente por el suelo. Pero Sofía tenía un problema: su madre no estaba de acuerdo con su pasión por el baile. "Eso no es algo serio", decía ella. "Deberías concentrarte en tus estudios y dejar las fantasías para después".

Sofía se sentía muy triste cada vez que escuchaba estas palabras. Sabía que no podía abandonar su sueño, pero tampoco quería desobedecer a su madre.

Un día, mientras caminaba por la calle pensando en todo esto, vio un cartel pegado en una pared que decía: "¡Audiciones abiertas para el ballet infantil de la ciudad!" Su corazón latió más rápido al leerlo.

¿Será posible que pudiera presentarse? Con mucho nerviosismo y emoción, Sofía decidió ir a las audiciones sin contarle nada a nadie. Preparó sus zapatillas de punta y ensayó sus movimientos durante días enteros. Finalmente llegó el gran día de las audiciones.

El salón estaba lleno de niños vestidos con mallas rosadas y negras, todos ansiosos por mostrar lo mejor de sí mismos. Sofia entró tímidamente al salón e hizo su presentación frente al jurado compuesto por tres maestros del ballet.

"Muy bien Sofi -dijo uno de los maestros-, tienes mucho talento y potencial para convertirte en una gran bailarina". Sofía se emocionó tanto que no pudo contener las lágrimas. Había pasado la audición y ahora formaría parte del ballet infantil.

Pero su alegría duró poco, porque cuando llegó a casa, su madre se enojó mucho al enterarse de lo que había hecho. "¿Cómo pudiste hacer algo así sin mi permiso?", le preguntaba una y otra vez. Sin embargo, Sofía no se rindió.

Sabía que el ballet era lo que realmente quería hacer en la vida, y decidió seguir adelante con su sueño, aunque eso significara ir en contra de la voluntad de su madre. Cada día, después de la escuela, iba a sus clases de ballet con mucha dedicación y esfuerzo.

Practicaba hasta tarde por las noches para perfeccionar cada movimiento y lograr ser mejor bailarina. Con el tiempo, Sofía se convirtió en una bailarina excepcional.

Su talento fue reconocido por todos los maestros del ballet infantil e incluso recibió ofertas para presentarse en grandes escenarios. "Mamá -le dijo un día-, sé que no estás muy contenta con mi elección de carrera pero quiero demostrarte que puedo ser una buena bailarina y tener éxito".

La madre de Sofía comenzó a ver todo el trabajo duro que ponía su hija en cada ensayo y presentación. Se dio cuenta del gran talento que tenía su hija y finalmente comprendió lo importante que era para ella el baile.

Así fue como Sofía logró cumplir su sueño gracias a su determinación y pasión por el baile.

Aprendió a nunca rendirse ante los obstáculos o las críticas de los demás, y que si uno lucha por lo que ama, puede lograr cualquier cosa. Y así, Sofía se convirtió en una bailarina famosa y reconocida en todo el mundo.

Pero nunca olvidó aquellos primeros pasos que dio en el ballet infantil y agradeció siempre a su madre por finalmente apoyarla en su sueño.

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