La búsqueda de la amistad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, dos niños llamados Juan y Damaris. Ambos eran vecinos y asistían a la misma escuela.

Aunque no se conocían muy bien, siempre coincidían en el parque jugando con sus amigos. Un día soleado, mientras jugaban al fútbol, Juan pateó la pelota tan fuerte que fue a parar al jardín de Damaris.

Un poco avergonzado pero decidido a recuperarla, Juan se acercó a la puerta de la casa de Damaris y tocó el timbre. Damaris abrió la puerta y sonrió al ver a Juan. —"Hola" , dijo tímidamente. "Perdona por molestarte, pero mi pelota cayó en tu jardín. ""No te preocupes", respondió Damaris amablemente.

"Vamos a buscarla juntos. "Juan estaba sorprendido por lo amigable que era Damaris. Juntos buscaron la pelota entre las flores y arbustos del hermoso jardín de Damaris.

Mientras buscaban, descubrieron que tenían muchas cosas en común: les gustaba el mismo deporte, tenían mascotas y compartían una pasión por los libros de aventuras. Con el tiempo, Juan y Damaris comenzaron a pasar más tiempo juntos fuera del parque. Jugaban videojuegos, exploraban el bosque cercano e incluso ayudaban en tareas escolares difíciles.

Un día durante una excursión escolar al zoológico, algo inesperado sucedió: se perdieron del grupo mientras observaban los pingüinos nadando graciosamente en su hábitat. "¡Oh no, nos hemos perdido!", exclamó Juan con preocupación.

Damaris intentó mantener la calma y dijo: "No te preocupes, encontraremos el camino de regreso". Juntos, caminaron por el zoológico buscando a su grupo. Pero mientras tanto, comenzó a llover muy fuerte.

Se refugiaron debajo de un árbol y se dieron cuenta de que estaban más cerca de los tigres que del punto de encuentro. "¿Y ahora qué hacemos?", preguntó Juan nervioso. Damaris miró a Juan con seguridad y le dijo: "Tenemos que confiar en nosotros mismos y encontrar una solución.

Podemos pedir ayuda o buscar otro lugar seguro donde esperar". Juan se sintió inspirado por las palabras valientes de Damaris. Juntos decidieron buscar un lugar seguro para esperar hasta que la lluvia parara.

Después de unos minutos, encontraron una pequeña cabaña abandonada cerca del área del elefante. Entraron cuidadosamente y se dieron cuenta de que estaba vacía pero había mantas y algunas provisiones. "Creo que podemos quedarnos aquí hasta que pare la lluvia", sugirió Damaris.

Así pasaron varias horas dentro de la cabaña, compartiendo historias divertidas y riendo juntos. Cuando finalmente dejó de llover, salieron para encontrarse con su grupo escolar frente al acuario.

Los maestros estaban muy preocupados por ellos pero aliviados cuando los vieron sanos y salvos. Ese día, Juan y Damaris aprendieron algo importante: cuando trabajan juntos como equipo, pueden superar cualquier desafío.

A partir de ese día, su amistad se hizo aún más fuerte y siempre estaban allí el uno para el otro. Y así, Juan y Damaris vivieron muchas aventuras juntos en Villa Esperanza, demostrando que la amistad verdadera puede surgir en los momentos más inesperados.

FIN.

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