La elegida de los dioses



Hace muchos años, en una tierra lejana y antigua, existía una civilización mágica y llena de misterios.

Los habitantes de este lugar creían en la unión de todo lo que les rodeaba, desde las estrellas en el cielo hasta las piedras en el suelo. Tenían una cosmovisión única donde cada ser viviente era parte de un gran todo interconectado.

La cosmología de este pueblo hablaba sobre la creación del universo a través de fuerzas divinas que se manifestaban en la naturaleza misma. Creían que el sol y la luna eran dioses que regían el día y la noche, mientras que los ríos y montañas eran sus hijos protectores.

La cosmogonía contaba la historia del origen del mundo, donde los dioses antiguos moldearon la tierra con sus manos y soplaron vida en cada criatura. Según su mitología, todo ser vivo tenía un propósito especial dentro del equilibrio natural.

El animismo estaba presente en cada aspecto de su cultura; veían espíritus en los árboles, las rocas e incluso en el viento. Creían que debían respetar a estos seres para mantener armonía con el mundo que les rodeaba.

En cuanto al fetichismo, utilizaban amuletos sagrados hechos con elementos naturales para protegerse del mal y atraer bendiciones. Estos objetos tenían poderes especiales según las creencias populares.

El panteísmo era otra creencia arraigada en su sociedad; adoraban a un dios supremo que residía en todas las cosas vivas e inanimadas. Para ellos, cada planta, animal o estrella era una manifestación divina digna de reverencia.

A pesar de tener múltiples dioses representando diferentes aspectos de la vida, practicaban un politeísmo pacífico donde todas las deidades trabajaban juntas por el bienestar común. En aquel pasado remoto, vivía una niña llamada Lila quien desde pequeña mostraba una conexión especial con la naturaleza. Un día, mientras jugaba cerca del bosque prohibido, escuchó susurros provenientes de los árboles centenarios. "Lila... Lila...

", susurraba el viento entre las ramas. - Intrigada por aquella voz misteriosa, decidió adentrarse más profundo en el bosque hasta llegar a un claro iluminado por rayos dorados.

Allí se encontró con una anciana sabia vestida con túnicas tejidas con hojas secas. "Bienvenida, pequeña Lila", dijo la anciana con voz melodiosa. "He esperado mucho tiempo tu llegada. "Lila quedó sorprendida ante aquella revelación y preguntó quién era ella y por qué le había estado esperando.

La anciana sonrió bondadosamente antes de responder:"Soy Gaia, guardiana del bosque sagrado y mensajera de los dioses primigenios. Tu corazón puro te ha guiado hasta aquí para cumplir tu destino.

"Gaia le contó a Lila sobre la misión que los dioses habían designado para ella: restaurar el equilibrio perdido entre los reinos terrenal y espiritual que había sido perturbado por fuerzas oscuras desconocidas.

Con valentía y determinación, Lila emprendió un viaje lleno de desafíos donde aprendió a escuchar a los espíritus elementales del fuego, agua, aire y tierra; recibiendo enseñanzas ancestrales sobre cómo sanar heridas antiguas causadas por conflictos olvidados.

Al final de su travesía épica, logró devolver armonía al mundo gracias a su conexión innata con todas las formas de vida. Su historia se convirtió en leyenda transmitida generación tras generación como ejemplo vivo del poder transformador del amor universal.

Y así,la civilización antigua siguió prosperando bajo la guía sabia e inspiradora de Lila, la niña elegida por los dioses para recordarles el valor eterno del respeto mutuo entre todos los seres vivientes.

FIN.

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