La estrella amiga


Había una vez una estrella muy especial que vivía en el cielo. Era la más brillante y hermosa de todas, y todos los habitantes del universo la admiraban y respetaban.

Un día, mientras la estrella brillaba con fuerza en su lugar en el cielo, sintió un extraño llamado desde la tierra. Al principio no entendió qué era lo que estaba sucediendo, pero poco a poco fue descubriendo que había alguien allí abajo que necesitaba su ayuda.

La estrella decidió bajar a la tierra para averiguar quién necesitaba su ayuda. Cuando llegó al planeta azul, se encontró con un pequeño niño llamado Tomás.

El niño estaba triste porque se sentía solo y abandonado por sus amigos y familiares. La estrella se acercó a Tomás y le preguntó qué le pasaba. "-Estoy muy triste -respondió Tomás-. Todos mis amigos me han dejado solo y mi mamá está siempre ocupada con el trabajo".

La estrella supo entonces lo que tenía que hacer. "-No te preocupes", dijo ella con voz dulce. "-Yo voy a ser tu amiga y juntos vamos a encontrar una solución para tus problemas".

Tomás sonrió por primera vez en mucho tiempo al escuchar las palabras de la estrella. Juntos comenzaron a caminar por las calles de la ciudad buscando alguna actividad divertida para hacer. De repente, vieron un grupo de niños jugando al fútbol en un parque cercano.

Tomás quería jugar también pero no sabía cómo acercarse al grupo de niños desconocidos. "-No te preocupes", dijo nuevamente la estrella. "Yo te ayudaré a ser parte del juego".

Así, la estrella se convirtió en la pelota de fútbol y Tomás comenzó a jugar con los demás niños. Todos se divirtieron mucho juntos y Tomás volvió a sentirse feliz. Pero cuando llegó la hora de volver a casa, Tomás se dio cuenta de que no tenía un hogar adonde regresar.

"-No tengo una casa -dijo tristemente-. Vivo en un refugio para personas sin hogar". La estrella no se desanimó por esta noticia. "-No te preocupes", dijo ella nuevamente.

"Voy a ayudarte a encontrar un lugar donde puedas vivir". Juntos buscaron un lugar seguro y cálido para que Tomás pudiera dormir esa noche. La estrella brillaba con fuerza en el cielo mientras protegía al niño durante toda la noche.

Al día siguiente, la estrella decidió quedarse junto a Tomás para ayudarlo todo lo que pudiera. Juntos encontraron una familia amorosa que decidió adoptarlo y darle un hogar permanente. Desde entonces, la estrella visitaba regularmente al niño para asegurarse de que estaba bien y feliz.

Y aunque nunca más volvió al cielo, sabía que había encontrado su verdadero hogar junto a su amigo humano.

Tomás aprendió muchas cosas gracias a su amiga estrella: aprendió sobre el valor de la amistad, sobre cómo superar dificultades y también sobre cómo ayudar a otros en necesidad. Y así fue como una pequeña estrella bajada del cielo cambió la vida de un niño para siempre.

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