La estrella del mar



Había una vez en el fondo del mar, una pequeña estrella de mar llamada Mar. Mar era muy especial porque tenía la habilidad de emitir un mensaje de ánimo a cualquier criatura que se encontrara en su camino.

Un día, mientras nadaba por el arrecife, Mar vio a un pez globo triste y desanimado. Se acercó y le dijo: "Hola amigo, ¿qué te pasa? Pareces muy triste".

El pez globo respondió: "Estoy cansado de ser diferente al resto de los peces. Todos se burlan de mi tamaño y forma".

Mar sabía exactamente qué decir para animar al pez globo: "No hay nada malo en ser diferente, ¡eso es lo que nos hace únicos! Además, eres hermoso tal como eres". El pez globo sonrió por primera vez en días y agradeció a Mar por sus palabras amables. Mientras seguía su camino por el océano, Mar se topó con un cangrejo solitario que parecía estar perdido.

Al acercarse, escuchó al cangrejo murmurando para sí mismo: "Nunca encontraré mi hogar otra vez".

Mar sabía que necesitaba ayudarlo así que le preguntó: "¿Puedo ayudarte en algo?" El cangrejo miró hacia arriba sorprendido y respondió: "Oh gracias amable estrella de mar pero no creo que puedas ayudarme". Pero Mar no estaba dispuesta a rendirse sin intentarlo. Le dijo al cangrejo: "Siempre hay una solución para cada problema.

Quizás si trabajamos juntos podamos encontrar tu hogar". Así que Mar y el cangrejo comenzaron a buscar juntos. Después de un rato, encontraron la cueva del cangrejo y él estaba muy agradecido por la ayuda de Mar.

Mientras se despedían, Mar le dijo al cangrejo: "Recuerda que siempre hay esperanza y siempre hay alguien dispuesto a ayudar". Mar siguió su camino por el océano, dejando detrás una estela de criaturas felices y animadas. Pero pronto se topó con un problema más grande.

Había una red de pesca enredada en unas rocas debajo del mar. Un pez pequeño estaba atrapado dentro de la red y no podía escapar. Mar sabía que tenía que hacer algo para liberarlo pero no sabía cómo.

Entonces recordó las palabras del cangrejo: "Siempre hay una solución para cada problema". Después de pensar durante unos minutos, Mar tuvo una idea brillante.

Nadó hasta la superficie del mar y buscó ayuda entre los humanos en un barco cercano. Con lágrimas en sus ojos, explicó lo que había pasado y los humanos entendieron rápidamente lo que tenían que hacer. Usando sus herramientas especiales, cortaron cuidadosamente la red para liberar al pequeño pez.

Mar sintió una gran alegría al ver al pez nadar libremente otra vez gracias a su valentía para pedir ayuda cuando lo necesitaba.

Desde ese día en adelante, todos los habitantes del océano miraban a Mar con admiración porque era capaz de llevar mensajes positivos a todos aquellos que encontraba en su camino. Y así es como nuestra querida amiga Mar se convirtió en la estrella de mar más querida y respetada del océano.

FIN.

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