La estrella mágica del reciclaje
Había una vez una pequeña familia compuesta por papá, mamá y dos hermanitos llamados Lucas y Sofía. Vivían en una casita acogedora en un tranquilo barrio de Buenos Aires. Se acercaba la época navideña y la familia estaba emocionada.
Papá sacó del sótano el viejo árbol de Navidad que habían usado durante años.
Era alto y frondoso, pero le faltaba algo muy importante: ¡la estrella! Mamá recordó que la estrella se había roto el año pasado, así que decidieron ir juntos a buscar una nueva. El sábado por la mañana, todos se pusieron sus abrigos y salieron rumbo al centro comercial más cercano.
Lucas iba saltando de emoción mientras caminaban por los pasillos llenos de luces brillantes y decoraciones navideñas. Finalmente llegaron a la sección de adornos para árboles. -¡Miren todas estas estrellas! -exclamó Sofía emocionada-. ¿Cuál deberíamos elegir? Papá tomó una dorada con destellos plateados, mientras mamá sostenía otra en forma de corazón.
Pero ninguno parecía convencer a Lucas. -¿Podemos seguir buscando? -preguntó con carita triste. La familia asintió y continuaron explorando las opciones. De repente, algo llamó la atención de Lucas: una estrella hecha completamente de materiales reciclados.
Estaba hecha con cartones pintados, papel periódico arrugado y botones multicolores. -¡Esta es perfecta! -dijo Lucas con entusiasmo-. Especialmente porque está hecha con cosas que ayudan al planeta. La familia sonrió y compró la estrella reciclada.
Lucas estaba tan feliz que no podía esperar para llegar a casa y ponerla en el árbol. Pero antes de hacerlo, mamá tuvo una idea.
-¿Qué les parece si cada uno escribe un deseo especial en una hojita de papel y lo colocamos dentro de la estrella? -¡Eso suena divertido! -dijo Sofía. Así que cada miembro de la familia escribió su deseo secreto y lo guardó en la estrella.
Luego, cuidadosamente, papá subió al árbol y colocó la estrella reciclada en la cima. A medida que los días pasaban, los deseos comenzaron a cumplirse.
Papá encontró un nuevo trabajo que le gustaba mucho, mamá recibió buenas noticias sobre su proyecto artístico, Lucas mejoró sus notas en el colegio y Sofía hizo nuevos amigos en su clase de danza. La familia se dio cuenta de que esa estrella reciclada era más especial de lo que pensaban.
Representaba sus deseos compartidos y recordaba lo importante que era estar juntos durante las fiestas navideñas. En Nochebuena, mientras todos se reunían alrededor del árbol iluminado por las luces parpadeantes, una mágica sorpresa ocurrió: ¡la vieja estrella rota del año pasado brilló intensamente! -¡Miren! -gritó Sofía emocionada-.
¡Nuestra antigua estrella también quiere formar parte de nuestra Navidad! La familia se abrazó con alegría mientras admiraban las dos hermosas estrellas en la cima del árbol. Esa noche, compartieron una cena deliciosa, cantaron villancicos y abrieron regalos.
Pero lo más importante fue el amor y la felicidad que reinaba en sus corazones. Desde ese día, cada Navidad la familia saca su árbol y coloca las dos estrellas: la reciclada y la antigua rota.
Porque saben que no importa cómo se vean o de qué están hechas, lo que realmente importa es el amor y los deseos compartidos en esta época especial del año.
FIN.