La Fiesta en el Bosque
Un día, en un hermoso bosque lleno de colores y sonidos, los animales decidieron que era hora de hacer una gran fiesta. Todos estaban emocionados y comenzaron a prepararse.
La ardilla, con su energía y entusiasmo, reunió un montón de nueces y las colocó en un lindo cesto.
"¡Miren cuántas nueces traigo! Esto va a estar delicioso!" dijo alegremente.
El conejo, siempre buscando lo más fresco y sabroso, corrió hasta su jardín y regresó con las mejores zanahorias.
"¡Espero que les guste! Son mis favoritas," dijo mientras las colocaba bien ordenaditas en una mesa.
La tortuga, que a su ritmo fue recolectando hojas y verduras, estaba lista con una ensalada colorida.
"¡No se olviden de probar mi ensalada! Es muy saludable y tiene un toque especial de hierbas", comentó con una sonrisa.
El zorro, siempre astuto y creativo, trajo un hermoso ramo de flores.
"No podemos olvidar la decoración, ¡esto debe verse hermoso!" exclamó mientras colocaba las flores alrededor de la mesa.
Cuando todo estuvo listo, la fiesta comenzó. La rana, con su voz melodiosa, se puso a cantar.
"¡Saltando y saltando, la fiesta comenzará! ¡Ven a disfrutar, que no se va a acabar!" entonó la rana, haciendo a todos reír.
El pajarito, que tenía un talento especial para la música, se subió a una rama cercana y comenzó a tocar la flauta.
"¡Escuchen mi canción! Hacer música hace que todo sea más divertido!" pipió feliz, llenando el aire con una dulce melodía.
El mono, siempre lleno de energía, no pudo resistir y empezó a bailar.
"¡Miren cómo me muevo! A ver quién me imita" gritó el mono mientras giraba y saltaba.
Todos los animales se unieron a la danza, pero de repente, escucharon un fuerte ruido en el bosque. Era un grupo de aves asustadas que habían sido perseguidos por un halcón.
"¡Ayuda, ayuda!", gritaron las aves, temblorosas y confundidas.
Los animales miraron a su alrededor, preocupados. La ardilla fue la primera en reaccionar.
"¡No podemos dejar que ese halcón asuste a nuestras amigas!" dijo con determinación.
"¡Sí, tenemos que hacer algo!" agregó el conejo, moviendo sus orejas nerviosamente.
La tortuga, aunque estaba un poco más lenta que los otros, también quería ayudar.
"Podemos hacer un plan. Hay que distraer al halcón y guiar a las aves hacia el arbusto espinoso donde estará a salvo", sugirió.
El zorro, astuto como siempre, se puso a pensar y dijo:
"Yo puedo hacer ruido desde un lado del bosque para llamar su atención mientras ustedes llevan a las aves hacia el otro lado."
Y así fue como los animales se unieron de nuevo, esta vez para ayudar a las aves. La rana hizo ruido con su canto, el pajarito tocó una melodía rápida, y el mono saltó de un lado a otro. El conejo, la ardilla y la tortuga llevaron a las aves hacia el arbusto, que les ofrecía seguridad.
Finalmente, el plan funcionó. El halcón, distraído por el ruido, perdió de vista a las aves que se refugiaron en el arbusto.
"¡Lo logramos!" gritó el mono con emoción.
"Ahora estamos todos a salvo y podemos seguir con nuestra fiesta!" dijo el conejo aliviado.
Los animales regresaron a su celebración. La fiesta continuó llena de risas, música y baile. Así, el bosque no solo se llenó de alegría, sino también de una lección importante: cuando trabajan juntos, pueden superar cualquier obstáculo.
Y así, el eco de la música y la risa resonó en el bosque, recordando a todos que la amistad y la colaboración son lo más valioso.
"¡Viva la amistad!" exclamó la ardilla, mientras todos brindaban con nueces, zanahorias y el cariño que compartían.
FIN.